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Vida de profesor

Libros y películas

Del caos de las ideas al texto estructurado

Del caos de las ideas al texto estructurado

Mi amiga Martha Boeglin, doctora en filosofía, francesa, profesora de la Universidad de Leipzig y que además habla un perfecto español me envió a Irán hace unos meses su excelente libro Lire et rédiger à la fac. Du chaos des idées au texte structuré (l´Etudiant, París, 2005). No he podido leerlo hasta ahora y he de reconocer que me ha parecido muy interesante, sobre todo porque da ideas realistas y concretas y proporciona una serie de técnicas para ayudar a los estudiantes (y a los mismos profesores) a organizar sus ideas para expresarlas sobre el papel.

El capítulo que más me ha interesado es el titulado "Efectuar una investigación utilizando Internet" (pp. 64-77) ya que trata uno de los temas que pretendemos investigar en nuestra línea de investigación Filotic. 

Cualquier editor que lea este posteo y que tenga dos dedos de frente debería pensar seriamente en publicar este libro en español porque su éxito está garantizado. ¡Gracias Martha!

Ahí les dejo con una de las claves del éxito que tendrá este libro en Francia:

... la plupart des problèmes qui se posent à l´étudiant et au jeune chercheur sont d´ordre technique (...) Elles sont si simples que personne ne pense à les enseigner. (p 7)

Boda al estilo iraní

 

Los iraníes van estos días en masa a los cines para echarse unas risas con la primera película de Hassan Fathi, Boda al estilo iraní (Marriage, Iranian Style). Es la historia de amor entre un estadounidense y una iraní que intentan solucionar todos los problemas que le pone un padre de la novia lleno de prejuicios antioccidentales; aunque el tema parezca dramático, es tratado desde una perspectiva irónica.

El novio se convierte al Islám, se circuncida y se dedica a estudiar el persa con la finalidad de poder casarse con la mujer que había soñado desde su adolescencia. A pesar de su buena voluntad por hacerse con la simpatía del padre, surgen todo tipo de problemas que hacen dificil que acceda a conceder la mano de su hija.

Algunos en el cine aplaudían al ritmo de la música tradicional iraní que empapaba toda la película, otros no se cortaban al masticar las patatas fritas y la mayoría no reprimíamos las risotadas que surgían rítmicamente a lo largo de la proyección, como si estuviéramos de picnic.

ACTUALIZACIÓN 15 DE AGOSTO DE 2006

Al parecer esta película acaba de llegar a Estados Unidos con un gran éxito de crítica y público. Seguro que en unos meses también llega a España.

Leila, de Dariush Mehrjui

Leila, de Dariush Mehrjui

No poder concebir a un hijo deseado es siempre un trauma para la mujer, pertenezca a la cultura que sea. Sin embargo, ese trauma es mucho más dramático en Irán, donde a una mujer que no puede tener hijo se la condena a cierto ostracismo social, muchas veces impuesto por ella misma obedeciendo a un extraño sentimiento de culpa.

La solución estriba en acudir a la ciencia o adoptar un niño, pero cuando esto no funciona se opta por que el marido se case con otra mujer que sí sea fértil, ya que la poligamia está permitida en Irán.

Aunque la poligamia sea legal, no deja de ser un trauma para las iraníes. Hay que dejar claro que un hombre no se puede casar con más de una mujer sin el consentimiento de la primera. Que yo sepa, la poligamia está más extendida entre las familias que cuentan con menos recursos económicos y de un nivel cultural bajo; hay que reconocer que de este modo pueden sobrevivir más personas al cobijo del varón de la casa. Sin embargo, la poligamia es un tabú entre la clase media iraní y es mirada con muy malos ojos.

En fin, acabo de ver otra obra maestra del cine iraní: Leila (1997), del director Mehrjui, que trata con profundidad el tema de la poligamia a través de la mirada de la excelente y conmovedora actriz Leila Hatami. El cine iraní siempre consigue dejarme sin palabras.

Esto es Calcuta

Esto es Calcuta Mi amiga la escritora Ana Briongos, quien de vez en cuando nos deja interesantes comentarios en esta bitácora, acaba de publicar un libro titulado ¡Esto es Calcuta! (Ediciones B, Barcelona). En cuanto vuelva a España me haré con un ejemplar porque me parece muy interesante la visión que propone de Calcuta a través de los privilegiados contactos del mundo de la cultura india con los que pudo tratar. Además, este libro ha ganado un importante premio internacional en Inglaterra que se otorga a los mejores libros de viajes del año. Si Ediciones B tiene la gentileza de mandarnos unos cuantos ejemplares a mi Universidad seguro que mis estudiantes los devoran con fiereza.

El sabor de la cereza

El sabor de la cereza

Hoy he visto El sabor de la cereza (Tam-e guilas, Taste of Cherry, 1997) del director iraní Abbas Kiarostami. Me ha impactado y pensaba hacer algún comentario en la bitácora, pero tras un rápido vistazo a Internet me he topado con multitud de espléndidos escritos sobre ella que me hacen estar calladito.

Aparte de un gran número de webs que tratan sobre la película pero que están censuradas en Irán, he dado con palabras de admiración de Kurosawa y Tarantino, con susurros sobre la trascendencia de la vida humana y el misterio de la libertad, con alguien que la clasifica en el género "metáfora" y la compara con Cioran y Khayyam, con una entrevista en que Kiarostami escurre el bulto acerca del sentido político de algunas escenas, sobre el escenario que convertía el desierto de los montes Alburtz en un Edén, su Palma de Oro en el Festival de Venecia y su faceta menos conocida de poeta, el concepto de "inversión retórica", lo aburrida que puede resultar a algunos occidentales y, por último, termino termino descubriendo el verbo histeriquear.

Sólo me resta decir que trata sobre un hombre que quiere suicidarse pero no encuentra a quien le ayude. Al final el protagonista muere, como en todas las películas iraníes. Bueno, yo creo que fallece, aunque otros seguro que dicen que no.

El búho ciego, de Sadeq Hedayat

El búho ciego, de Sadeq Hedayat

Han caído en mis manos, por una de esas casualidades que tiene la vida y que hacen a uno pensar que los libros nos eligen a nosotros y no viceversa, han caído, digo, unas fotocopias de El búho ciego (Buf-e kur) del iraní Sadegh Hedayat aparecidas hace 30 años en el "Anuario de filología" (1975, número 1, pp 135-192), aunque publicadas en persa en 1941. Esta obra también la han editado recientemente en español Siruela e Hiperión.

Jamás pensé que hace 70 años alguien pudiera escribir en Irán lo que se narra en esta novela. Pero más sorprende, si cabe, la manera de maestro titiritero en que Hedayat mueve el alma de su protagonista, drogado y muerto, transladándole de la locura a la razón sin solución de continuidad ayudado de una simbología que despertaría las envidias de Antonio y Manuel Machado, Rimbaud, Verlaine y Baudelaire. No en vano, este autor anhelaba París, ciudad a la que soñaban ir todos los simbolistas españoles e hispanoamericanos cuando era la época dorada de esta corriente literaria, a la que Hedayat se apuntó tarde, razón ésta por la que, quizá, acabaría suicidándose en la Ciudad de las Luces.

Cuando se escribió esta obra estaba de moda Freud y el psicoanálisis, pero aquí el autor, a pesar de ser una obra plenamente edípica, va mucho más allá de ello. Se aproxima a la psicología de Jung, cuando todavía no era muy conocido, donde los arquetipos (la virgen, la madre, la amante...) y el inconsciente colectivo (que Hedayat describe como "la canalla") afloran una y otra vez desde el subconsciente del protagonista para provocar en el lector un tumulto debido a que el autor es capaz de mover la cámara de tinta por los entresijos del cerebro del personaje, llegando a ofrecernos destellos imposibles de captar del consciente, del preconsciente y del inconsciente.

No creo que Hedayat haya sido capaz de contestar en este relato a la pregunta "¿qué experimentarán los muertos que se dan cuenta de que han fallecido?", pero eso es lo de menos. La forma, como en toda narración simbólica o modernista, prima, en mi opinión, sobre el fondo. 

No ha podido haber mejor lectura para este primer día del año persa. Por cierto, si les gusta este poema de Allan Poe deberían leer el libro.

Un lugar para vivir

¡Menudo peliculón! Casi todos los días tengo la suerte de ver alguna película iraní ya que sólo cuesta un euro adquirirlas en las calles de Teherán, donde existe un "top manta" legal. Hoy me tocó ver Un lugar para vivir (A Place to Live, 2003) donde se cuenta la historia de una familia que vivió siempre en la frontera iraní con Irak hasta que llegó el maldito ataque del detestable Saddam Hosseim que destruyó su casa y sus ilusiones.

La historia de la creatividad humana demuestra que la falta de libertad a la hora de escribir un libro o de hacer una película despierta el ingenio de los autores. Y de ingenio andan muy sobrados los intelectuales iraníes. De este modo ¿cómo se podría tratar un tema tan delicado como la guerra contra Irak sin caer en el maniqueísmo facilón ni en el alegato patriótico demagógico?; pues como lo trata Bozorgnia: aproximando la cámara a los personajes para captar sus sensaciones cuando les atacan los iraquíes y cuando les defienden los soldados iraníes. Si a eso le añadimos de fondo una historia de amor entre un iraní y una iraquí, el cóctel que se forma es enormemente emotivo.

En este blog han escrito algunos hablando de los mártires iraníes. Uno tiene que ver este tipo de películas para percatarse, a ciencia cierta, de su auténtico valor y entrega por su pueblo.. Fueron capaces de doblegarles con una precariedad de medios mucho mayor que los iraquíes, pero claro, los protagonistas de la película no saben que habrá que esperar la victoria durante 10 años. ¿Dónde vivir mientras tanto?

El rojo

Dicen en Irán que el rojo es el color del amor, pero también suena en los taxis una canción cuya letra afirma que más bien es el negro, por eso lo llevan todas las mujeres por la calle. Yo no sé si el amor es o no cromático, lo que si está claro es que la sangre es roja, y ella es el protagonista principal de la película El rojo (The red) dirigida magistralmente por el iraní Fereidun Jeirani en 1998.

El artículo 1117 de la ley islámica, que se aplica en Irán, indica que la mujer deberá dejar el trabajo si éste provoca conflicto familiar. En principio parecería una ley lógica, pero claro, sólo se aplica a las mujeres y nunca a los varones. La cuestión es que un marido con celos patológicos que no soporta que su mujer trabaje ni que se relacione con otras personas hará todo lo posible para que su enamorada permanezca con él todo el tiempo, y si para eso hay que irse al otro mundo con ella, pues se hace.

Por tres veces intentó la mujer divorciarse del marido por los malos tratos, pero siempre el juez, escondido tras una fría e inhumana amabilidad, dictaba a favor del hombre. Incluso su propia familia intentaba disuadir a la víctima de que se divorciara. La mujer dejó su trabajo de enfermera para agradar a su marido, pero ni con esas, oiga...

Miedo da saber que esta película está basadaen hechos reales, como los que suceden diariamente en Irán, en España, en Estados Unidos, en China, en República Dominicana, en Haití... Por cierto, mientras buscaba estos enlaces di con un libro de reciente publicación titulado Breve historia de la misoginia. que supongo que habrá que comprar, a pesar de los 20 euros que, sin lógica alguna, cuesta.

La alfombra del viento

La alfombra del viento El sueño de aquella mujer japonesa era adquirir una preciosa y duradera alfombra persa para la ceremonia tradicional que se avecinaba en su ciudad de Japón. Sin embargo, la mujer fallece, así que su hija y marido quieren hacer realidad su sueño, por lo que se desplazarán a Irán a por la alfombra. La sorpresa fue molesta cuando, al llegar,  se encuentran con que la alfombra no está termina, es más ¡ni siquiera la han empezado a tejer porque se les olvidó! El marido, triste, ve que no puede hacer realidad el sueño de su esposa, pero las buenas gentes de Isfahán intentarán tejer la alfombra en ¡sólo veinte días! ¿Creen ustedes que lo conseguirán?

El argumento de La alfombra del viento (The wind carpet, 2003), como en casi todas las películas iraníes, es lo de menos, no es más que una excusa para mostrar paisajes, situaciones, relaciones, sensaciones... A cualquiera que haya estado en Isfahán se le encenderán los ojos al ver que las escenas se suceden con tan bella ciudad como escenario de fondo. Amor, humor, drama, comedia... el director Kamal Tabrizi lo ha bordado.

Para el que lleva casi medio año viviendo en Irán, como es mi caso, no se le escaparán detalles de la película, como las agresivas discusiones de los taxistas entre ellos por llevarse al cliente, mentir diciendo que los problemas están resueltos cuando en realidad no lo están, tratar a los extranjeros simp´ticamente pero como si fueran un poquillo tontos...

Es un alegato a favor del intercambio cultural ya que las ceremonias religiosas budistas se suceden a las islámicas, creando una atmósfera capaz de conjugar todas las creencias y tradiciones como si sólo hubiera una. No en vano es una coproducción irano-japonesa.

Matrix. Filosofía y cine

Matrix. Filosofía y cine

Uno de los libros que me traje a Irán fue Matrix. Filosofía y cine, que me regaló su propia autora antes de venirme a tierras persas. Hoy nos enteramos de que dicha obra ha ganado el premio al mejor libro educativo del año, otorgado por el Ministerio de Educación, y yo me siento muy orgulloso. Conchi Pérez, la escritora, es una de las compañeras más comprometidas con nuestra línea de investigación Filotic, perteneciente a DiM, desde donde intentamos que la didáctica de la filosofía no pierda el carro de las tecnologías de la información y de la comunicación.

Esto supone un espaldarazo a la enseñanza de la filosofía en España, la cual parecía entredicho los últimos meses. ¡Enhorabuena Conchi y muchas gracias!

Dos libros, una película y una canción

Los edukadores es una película que muestra la puesta en práctica de las teorías que envuelven el excepcional libro de García Moriyón Senderos de libertad (editorial "Libre pensamiento").

Hay momentos históricos en que no valen las palabras, lo estamos viendo estos días en Bolivia. Europa no se queda atrás ya que, aunque no morimos de hambre o de lepra sí lo hacemos por estrés, por infarto de corazón o por el cáncer a que nos lleva el sistema de competitividad extrema en el que nos hallamos insertos. Contra esto no valen las buenas palabras, es necesario hacer uso de la fuerza para impedir que aquellos que tuvieron una idea de negocio brillante en el momento justo o que, simplemente, heredaron riquezas, sean los que decidan cómo organizar al resto de la humanidad. Los que no tienen ideas o no heredan también han de decidir (al menos eso es lo que todos pensamos en la posición originaria con el velo de ignorancia rawlsiano)

Las ideas utópicas que envuelven al libro y a la película se van haciendo más realistas en una fantástica publicación de Bornstein titulada Cómo cambiar el mundo (editorial Debate) en la que se muestran casos reales de construcción de un mundo mejor aprovechando los talones de Aquiles de nuestro sistema ultraliberal.

La letra de la extraordinaria canción "Hallelujah", perteneciente a la banda sonora de la película, explica a la perfección el problema: ESCUCHAR

Now I've heard there was a secret chord
That David played, and it pleased the Lord
But you don't really care for music, do you?
It goes like this
The fourth, the fifth
The minor fall, the major lift
The baffled king composing Hallelujah
Hallelujah
Hallelujah
Hallelujah
Hallelujah

Your faith was strong but you needed proof
You saw her bathing on the roof
Her beauty and the moonlight overthrew you
She tied you
To a kitchen chair
She broke your throne, and she cut your hair
And from your lips she drew the Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

You say I took the name in vain
I don't even know the name
But if I did, well really, what's it to you?
There's a blaze of light
In every word
It doesn't matter which you heard
The holy or the broken Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

I did my best, it wasn't much
I couldn't feel, so I tried to touch
I've told the truth, I didn't come to fool you
And even though
It all went wrong
I'll stand before the Lord of Song
With nothing on my tongue but Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah

Hotel Rwanda

Nazis contra judíos, bosnios contra croatas, iraquíes contra kurdos, hutus contra tutsis... Esta es la película que describe sin tapujos la condición humana de odiar al distinto y de tratar de imponer lo nuestro a los demás por la fuerza. Fascistas contra republicanos, carpetovetónicos carpetos contra vetónicos, blancos contra negros y contra amarillos y contra indios...

En mis clases pasa lo mismo: Mis alumnos se caen bien o mal entre ellos por razones que no alcanzo a entender. A veces el "caer" se convierte en el "discriminar". ¿Por qué "x" llamó "y" a "z"? ¿Por qué "A" huye constantemente de "B"? ¿Por qué han tenido que cerrar las puertas de acceso al Instituto durante el segundo recreo?

Las memorias de Sarah Bernhardt

Las memorias de Sarah Bernhardt Charo López se está recorriendo España con una obra de postín. Acompañada de Emilio Gutiérrez Caba, representa en las tablas a una Sarah Bernhardt avejentada que recapacita sobre la intensísima vida que mantuvo. Sus escarceos amorosos con la intelectualidad de la época, sus representaciones que provocaban aplausos de decenas de minutos, sus extravagancias (como dormir todos los días en un féretro para no olvidar que un día ha de morir) afloran en el teatro para regocijo y reflexión del espectador.

Estos dos actores símplemente representan a la perfección el proceso creativo de unas memorias, mostrando las dificultades y agobios que genera. Los espectadores se ríen, muestran sorpresa y, ante todo, se maravillan porque ven que se puede vivir una vida que no ha sido vivida miles de veces antes.

Para mis alumnos: No viváis vidas ya vividas una y mil veces. Haced de vuestra existencia un proyecto interesante, intenso, que os haga salir del aborregamiento en el que estamos sumidos casi todos. Viajad, leed, amad y despotricad razonadamente contra la autoridad. No permitáis que ningún "mindundi" os arrebate vuestros sueños.

Sólo un beso

Sólo un beso Ken Loach vuelve a hacer de las suyas llevando a las pantallas una historia de amor imposible: ¡nada más y nada menos que una escocesa enamorada de un paquistaní y viceversa! ¿Cómo se puede concebir tamaña aberración? ¿No deberíamos reproducirnos todos con seres iguales a nosotros mismos para no contaminarnos? ¿Qué va a ser de la pureza de sangre de una escocesa rubia y de ojos azules? ¿Y de los valores morales de un paquistaní de profundo pedigrí religioso que reniega de toda demoníaca occidentalización de la existencia? ¿Cómo pueden llevarse bien las familias de culturas gordianamente opuestas? ¿Qué dios consagrará su matrimonio y bautizará a sus hijos?

Sólo la mente enferma de Loach puede imaginar semejante barbaridad que afrenta a la lógica más sencilla y al más común del sentido "idem".

Firmado: Pepe "El Facha".

P.D. Por si alguien no se percata, es sarcasmo.

El aviador

El aviador Cuando una persona tiene un trauma en su infancia, como digo a mis alumnos de Psicología cada vez que hablamos de Freud, se convierte, al llegar a la madurez, en un genio o en un borracho. Scorsese lo explica muy bien llevando al cine la biografía de Howard Hughes.

Si la mamá limpia al hijo compulsivamente por miedo a que éste coja una terrible enfermedad y le habla de las maldades de mezclarse con el populacho, el niño al final sale desquiciado, como el ínclito director de cine.

Lo bueno es que Hughes supo reconducir creativamente toda la negatividad insertada por su madre en el cerebro. Un poeta es aquel que, siendo rico, sabe hacer poesía con el dinero, y Hughes la hizo. Hacer una película es poesía, pero más poético es crear toda una flota de aviones en esa época en que el poeta aspiraba a volar. Cualquier otro se hubiera conformado con disfrutar de su dinero, pero un espíritu de vate se lo juega, aun a riesgo de perder todo el patrimonio, para hacer realidad su poema.

Gracias a poetas como Hughes hoy podemos volar la clase media de un país a otro. Además, disfrutamos sus películas en el mismo avión(que para eso las hizo). La cuestión es que no creo que fuera muy feliz el hombre.

Los chicos del coro

Los chicos del coro Cuando la familia y los amigos fallan, un profesor puede constituir un asidero firme que ayude al joven a sobrellevar los graves problemas que, a veces, ha de aguantar.

La mera enseñanza de cualquier asignatura puede constituir una terapia que corte de raíz el odio a la sociedad que muchos jóvenes llevan en la sangre. En el caso de la espléndida película Los chicos del coro la terapia viene por parte de un profesor de música.

Las claves de un buen "profesor terapeuta" las da la propia película:

1. No magnificar las travesuras del alumnado.
2. No usar libros de texto.
3. Que los estudiantes hagan uso del aprendizaje significativo.
4. Estar alerta y detectar el talento de los chavales en cualquier ámbito de la cultura.
5. Ser cómplice, pero no amigo, de los pupilos ya que la amistad implica tráfico de influencias.
6. Sonreír a los directivos, pero no tomarles demasiado en serio.
7. Ser firmes y rigurosos con los gamberros pero sin informar a los superiores.
8. Ser feliz en el aula.

Trafalgar

Trafalgar Gracias a escritores como Pérez-Reverte la literatura española contemporánea sigue estando entre las primeras a nivel internacional. En su última novela (emocionante, rigurosa, seria, fotográfica, exhaustiva, vibrante, crítica y, ante todo, humana) nos regala una descripción excepcional, y válida para cualquier contexto histórico, del talante de los españolitos de a pie (sumisos y resignados) comparados con los señoritos (mandones, incultos, incompetentes y pelotas de sus superiores).

Cada palabra del libro parece meditada durante horas y horas. La complejidad del lenguaje marino la hace llegar tácitamente al lector, entremezclada con la vulgaridad del marinero y los neologismos de los franceses e ingleses, sin olvidar los onomatopéyicos "pumbas" y "tracatracas" de las bombas que nos acompañan a lo largo de todo el relato.

Gracias al libro uno empieza a tomar conciencia del carácter de los españolitos, de por qué nos va como nos va y explica por qué somos el último país del primer mundo. Todo por culpa de los mandamases que han llegado a su máximo estado de incompetencia fomentado por este nuestro sistema anticuado y espurio.

Les dejo con un par de párrafos:

"(Los ingleses son) ...Rigurosos, disciplinados e implacables como máquinas, aunque atentos también a la carne y sangre que mueve sus barcos. Mientras que nosotros, insensatos, estúpidos, derramando el oro a manos llenas en los bolsillos más indignos, se lo regateamos todo a quien trabaja y sufre, y damos al olvido decoro, humildad y conveniencia, obstinados en hacerlo todo a costa de sudores y de sangre que nunca se pagan" (p. 192)

"El alcázar. El puesto de combate del comandante de un navío. El lugar donde luchas, vences o mueres, en esa cubierta atestada de cañones y de hombres, bajo la sombra de la lona que se tensa y destensa con los caprichos de la brisa, haciendo crujir la arboladura y la jarcia firme. El palo de mesana y la elevada toldilla se alzan a la espalda, sobre la rueda del timón y la bitácora." (p. 188)

No tengo miedo

No tengo miedo Así se titula la película italo-española realizada en 2002 que narra la historia de amistad entre el hijo de un secuestrador y el secuestrado. Los seres humanos parece que poseemos desde el nacimiento un instinto que nos permite discernir lo que está bien de lo que está mal; el sentido de la moralidad no es algo aprendido sino que se hereda, viene determinado por nuestro patrimonio genético. El problema es que, a medida que pasan los años, ese sentido se va perdiendo, nos vamos corrompiendo, como diría Rousseau, nos “enmalamos”.

El dilema ético que presenta la filmación es harto interesante: ¿El hijo de un secuestrador debe apoyar a su padre en el secuestro o debe ayudar al otro niño secuestrado? Ese instinto moral innato hace que el hijo mande a tomar viento fresco al padre y decida liberar al niño. ¿Cómo puede un niño tomar semejante decisión si no se le ha enseñado antes qué es lo que está bien o no?

Salvando las distancias, y llevando el argumento al aula, he de decir que los peores (casi siempre) son los padres. Detrás de un alumno con problemas de estudio, de comportamiento, de estabilidad emocional, de educación, etc. hay una familia desestructurada, o un transtorno de alcoholismo, o de agresividad, o de falta de cariño o, simple y llanamente, de locura.

Uno no puede culpar al estudiante que falta al respeto gravemente al profesor cuando conoce a su padre o a su madre. Ellos son peores y no es extraño que su hijo haya salido con un enorme problema de patología social. Los profesores, antes que disgustarnos con un alumno, hemos de conocer al padre. Él es la causa de gran parte de los males de nuestro sistema educativo.

Los estudiantes casi siempre son las víctimas, tanto de los padres como de los profesores.

Melinda y Melinda

Woody Allen ha vuelto a sacar de su chistera creativa una obra filosófica a la altura de los más refinados manuales de crítica literaria. Coge detalles anecdóticos de unas cuantas personas y los transforma en una historia dramática; luego, entrelazándolos, vuelve a tomar esos mismos elementos y los retraduce en una comedia.

Drama, comedia, comedia, drama, drama, comedia... la vida es así y somos nosotros quienes decidimos en qué categoría encuadrar nuestro existir.