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Vida de profesor

La alfombra del viento

La alfombra del viento El sueño de aquella mujer japonesa era adquirir una preciosa y duradera alfombra persa para la ceremonia tradicional que se avecinaba en su ciudad de Japón. Sin embargo, la mujer fallece, así que su hija y marido quieren hacer realidad su sueño, por lo que se desplazarán a Irán a por la alfombra. La sorpresa fue molesta cuando, al llegar,  se encuentran con que la alfombra no está termina, es más ¡ni siquiera la han empezado a tejer porque se les olvidó! El marido, triste, ve que no puede hacer realidad el sueño de su esposa, pero las buenas gentes de Isfahán intentarán tejer la alfombra en ¡sólo veinte días! ¿Creen ustedes que lo conseguirán?

El argumento de La alfombra del viento (The wind carpet, 2003), como en casi todas las películas iraníes, es lo de menos, no es más que una excusa para mostrar paisajes, situaciones, relaciones, sensaciones... A cualquiera que haya estado en Isfahán se le encenderán los ojos al ver que las escenas se suceden con tan bella ciudad como escenario de fondo. Amor, humor, drama, comedia... el director Kamal Tabrizi lo ha bordado.

Para el que lleva casi medio año viviendo en Irán, como es mi caso, no se le escaparán detalles de la película, como las agresivas discusiones de los taxistas entre ellos por llevarse al cliente, mentir diciendo que los problemas están resueltos cuando en realidad no lo están, tratar a los extranjeros simp´ticamente pero como si fueran un poquillo tontos...

Es un alegato a favor del intercambio cultural ya que las ceremonias religiosas budistas se suceden a las islámicas, creando una atmósfera capaz de conjugar todas las creencias y tradiciones como si sólo hubiera una. No en vano es una coproducción irano-japonesa.

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