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Vida de profesor

Un lugar para vivir

¡Menudo peliculón! Casi todos los días tengo la suerte de ver alguna película iraní ya que sólo cuesta un euro adquirirlas en las calles de Teherán, donde existe un "top manta" legal. Hoy me tocó ver Un lugar para vivir (A Place to Live, 2003) donde se cuenta la historia de una familia que vivió siempre en la frontera iraní con Irak hasta que llegó el maldito ataque del detestable Saddam Hosseim que destruyó su casa y sus ilusiones.

La historia de la creatividad humana demuestra que la falta de libertad a la hora de escribir un libro o de hacer una película despierta el ingenio de los autores. Y de ingenio andan muy sobrados los intelectuales iraníes. De este modo ¿cómo se podría tratar un tema tan delicado como la guerra contra Irak sin caer en el maniqueísmo facilón ni en el alegato patriótico demagógico?; pues como lo trata Bozorgnia: aproximando la cámara a los personajes para captar sus sensaciones cuando les atacan los iraquíes y cuando les defienden los soldados iraníes. Si a eso le añadimos de fondo una historia de amor entre un iraní y una iraquí, el cóctel que se forma es enormemente emotivo.

En este blog han escrito algunos hablando de los mártires iraníes. Uno tiene que ver este tipo de películas para percatarse, a ciencia cierta, de su auténtico valor y entrega por su pueblo.. Fueron capaces de doblegarles con una precariedad de medios mucho mayor que los iraquíes, pero claro, los protagonistas de la película no saben que habrá que esperar la victoria durante 10 años. ¿Dónde vivir mientras tanto?

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