Los profesores que vedan sus aulas
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Hoy estábamos el profesor de informática y yo mismo intentando conectar un portátil a la red wifi que tiene nuestro Instituto. Tenemos la antena en una de las clases, así que mi compañero y yo estuvimos ahí hasta que sonó el timbre tras el recreo que indicaba que había que empezar la siguiente clase.
Estábamos trabajando en silencio y no molestábamos en absoluto, pero al profesor que le tocaba dar clase a esa hora le debió sentar fatal que estuviéramos allí y nos pidió que nos fuéramos.
Un profesor que no es capaz de concentrarse ni de concentrar a sus alumnos mientras dos compañeros trabajan en silencio por el bien de su Instituto no merece mi respeto como profesional de la educación. Ya estoy harto de los profesores que se niegan o se avergüenzan de mostrar lo que hacen en el aula. A las aulas deberíamos tener derecho a entrar todos (en silencio y sin interrumpir) sin previo aviso para ver si el profesor está haciendo bien su trabajo.
En el mundo anglosajón el director tiene la obligación de pasar dos veces al año al aula del profesor. Si lo hace mal se le llama la atención y si continua así se le despide para dejar paso a gente con ganas de hacer las cosas bien. También los padres pueden hacerlo. Pero en este país de funcionarios adocenados ¡a ver qué director llama la atención a un subordinado!, ¡seguro que le montan una gorda al pobre!
He de reconocer que me ha decepcionado mucho este profesor, aunque a nivel personal es muy simpático. Yo estoy encantado de que la gente pase a mi aula porque estoy orgulloso de lo que hago, y como yo tantos otros compañeros. A ver si empezamos a dejar de asustarnos y a tirar los complejos por la borda. Hay que ser flexible, ¡diantres!
Hoy estábamos el profesor de informática y yo mismo intentando conectar un portátil a la red wifi que tiene nuestro Instituto. Tenemos la antena en una de las clases, así que mi compañero y yo estuvimos ahí hasta que sonó el timbre tras el recreo que indicaba que había que empezar la siguiente clase.
Estábamos trabajando en silencio y no molestábamos en absoluto, pero al profesor que le tocaba dar clase a esa hora le debió sentar fatal que estuviéramos allí y nos pidió que nos fuéramos.
Un profesor que no es capaz de concentrarse ni de concentrar a sus alumnos mientras dos compañeros trabajan en silencio por el bien de su Instituto no merece mi respeto como profesional de la educación. Ya estoy harto de los profesores que se niegan o se avergüenzan de mostrar lo que hacen en el aula. A las aulas deberíamos tener derecho a entrar todos (en silencio y sin interrumpir) sin previo aviso para ver si el profesor está haciendo bien su trabajo.
En el mundo anglosajón el director tiene la obligación de pasar dos veces al año al aula del profesor. Si lo hace mal se le llama la atención y si continua así se le despide para dejar paso a gente con ganas de hacer las cosas bien. También los padres pueden hacerlo. Pero en este país de funcionarios adocenados ¡a ver qué director llama la atención a un subordinado!, ¡seguro que le montan una gorda al pobre!
He de reconocer que me ha decepcionado mucho este profesor, aunque a nivel personal es muy simpático. Yo estoy encantado de que la gente pase a mi aula porque estoy orgulloso de lo que hago, y como yo tantos otros compañeros. A ver si empezamos a dejar de asustarnos y a tirar los complejos por la borda. Hay que ser flexible, ¡diantres!
6 comentarios
marialuciani -
Eva -
Personalmente, creo que los alumnos prestan más atención a la clase con testigos infiltrados.
Oink! -
dedoenlallaga -
Además, no todos los profes son funcionarios. También los hay que están en la privada o en la concertada (un buen "puñado").
Pero reconozco que tienes toda la razón del mundo.
Misósofos -
Algunos incluso borran la pizarra para que nadie se dé cuenta de si han escrito algo mál.
Yo me pregunto: ¿Eso es lo que más les preocupa? ¿No el hecho de enseñarnos cosas erróneas sino el hecho de que alguien lo vea?
Estoy hasta las narices de profesores incompetentes...
mila -