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Vida de profesor

Un astronauta en mi Instituto

Un astronauta en mi Instituto Ayer vino a visitarnos al Instituto un astronauta enviado por la NASA. Existen 100 cosmonautas por esos mundos, así que fue, o al menos eso nos querían hacer pensar, una verdadera suerte contar con él. Nos habló de lo duro que tuvo que estudiar, de las docenas de submarinos nucleares que tuvo que arreglar antes, del entrenamiento militar al que se sometió... Lo curioso es que los alumnos, en el escaso tiempo que les dejaron hacer preguntas, sólo se interesaban por la comida espacial, sus vestimentas, el tiempo libre del que gozaban y por sus salarios.

La función de la NASA no es sólo mandar gente al espacio, sino hacer evolucionar a la sociedad: de sus laboratorios salieron los teléfonos móviles. Por eso es tan importante que en Europa se cree una Agencia Espacial sólida.

Luchando por ser astronautas (elemento ilusionador donde los haya) los alumnos llegarán alto, aunque no consigan una plaza en Houston. Ya lo decía Maquiavelo: "cuanto más alto apuntes con la flecha, más lejos llegará aunque nunca toque el cielo".

En fin, que como ejercicio de motivación no estuvo mal.

2 comentarios

Rafael -

Amaría, yo no salgo en la foto por pudor. La tomé en el momento en que una de las profesoras le hacía entrega de un pez, uno de los símbolos de mi Instituto. Obviamente recorté la foto para que no apareciera dicha profesora por cuestiones de privacidad.

Amaría -

He de confesarle, Sr. Robles, que me parece ciertamente extraño que no aperezca usted en la foto con el astronauta y que tampoco veamos a ninguno de sus preciados alumnos. Acostumbrado a posar para cada acontecimiento de su interesantísima vida, ¿cómo ha reusado o ha pasado por alto tal recuerdo?
Atentamente