Anti-haitianos
Los haitianos son considerados ciudadanos de segunda clase en República Dominica. No tienen ningún derecho en este país y son utilizados para hacer duros trabajos a cambio de un plato de comida al día y una chabola de putrefacta madera.
El otro día paseaba por Santo Domingo y vi un enorme autobús de la policía repleto de haitianos. De repente, el autobús se paró a mi lado y dos atléticos policías salieron corriendo para perseguir a un haitiano que deambulaba por la calle; rápido le detuvieron y le introdujeron en el autobús junto a sus otros compatriotas. Más tarde supe que se trata de la política del gobierno de expulsar a todos los haitianos del país.
También sé de un niño haitiano a quien quemaron hace tres días todo el cuerpo y que su único delito era limpiar las botas de los militares por la calle. Hoy está en el hospital, a punto de morir, pero deseando volver a trabajar.
ACTUALIZACIÓN:
Artículo de mi amigo Catuxo (doc): Detrás de la Caricatura: otros apuntes sobre racismo y xenofobia en la prensa dominicana Equipo ONE RESPE Octubre, 2005
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China, a pesar de ser un país ateo por decreto, es muy supersticiosa. Son innumerables las sectas que surgen al mismo ritmo que las desigualdades sociales se van incrementando.
Cuando di clases en China el hacinamiento era notable en el aula. Salas sucias, cables sueltos, cajas de cartón como sustento del televisor (que funcionaba tras propinarle un golpetazo), aire acondicionado que calentaba el húmedo ambiente monzónico, polvo de tiza jamás limpiado, moscas, ruidos de la calle...
China es la gran amenaza económica para los países occidentales, principalmente para sus "depredadores". Los depredadores son unos personajes pintorescos que pueblan las oficinas del Fondo Monetario Internacional, del GATT y de los gobiernos de países ricos. Se dedican a presionar a los adeudados dirigentes tercermundistas para que implanten un sistema ultracapitalista en esas regiones.
Mickey "el ratón" y la coca-cola son los verdaderos artífices de la hegemonía norteamericana en el mundo. Ni las armas de destrucción masiva, ni las aeronaves espaciales pueden hacer frente a Hollywood ni a los refrescos gaseosos.