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Vida de profesor

Profesor en China

Anti-haitianos

Anti-haitianos

Los haitianos son considerados ciudadanos de segunda clase en República Dominica. No tienen ningún derecho en este país y son utilizados para hacer duros trabajos a cambio de un plato de comida al día y una chabola de putrefacta madera.

El otro día paseaba por Santo Domingo y vi un enorme autobús de la policía repleto de haitianos. De repente, el autobús se paró a mi lado y dos atléticos policías salieron corriendo para perseguir a un haitiano que deambulaba por la calle; rápido le detuvieron y le introdujeron en el autobús junto a sus otros compatriotas. Más tarde supe que se trata de la política del gobierno de expulsar a todos los haitianos del país.

También sé de un niño haitiano a quien quemaron hace tres días todo el cuerpo y que su único delito era limpiar las botas de los militares por la calle. Hoy está en el hospital, a punto de morir, pero deseando volver a trabajar.

ACTUALIZACIÓN:

Artículo de mi amigo Catuxo (doc): Detrás de la Caricatura: otros apuntes sobre racismo y xenofobia en la prensa dominicana Equipo ONE RESPE Octubre, 2005

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Gracias Arbusto.

Jarrón chino

Jarrón chino Cuando volví de China no pude evitar la tentación de traerme un precioso jarrón de porcelana llena de detalladas filigranas de vívidos colores. El anticuario me dijo que pertenecía a la dinastía Ching (mediados del siglo XIX). Pagué por él 60 euros, lo cual es un dineral en China, pero me gustaría que alguien lo tasara y ver si realmente es tan antiguo. De todas formas, sólo por la belleza del mismo ya mereció la pena pagarlo. Además tuve mucha suerte ya que cuando registraron mi maleta en el aeropuerto no se percataron de que lo llevaba ya que estaba escondido entre los jerseys y no me acusaron de expoliar el patrimonio cultural chino.

En la primera foto pueden ver el jarrón comparado con un bolígrafo, para que se den cuenta de sus dimensiones (38 cm. de alto, 60 cm. el diámetro del cuerpo, 19 cm. la diagonal de la boca y 13 cm. la diagonal de la base).

En esta foto pueden ver el jarrón:



En esta pueden ver un detalle de la filigrana:



En la última imagen se contempla lo que creemos que es la firma del autor. La calidad de la foto deja mucho que desear, pero si alguien está realmente interesado que me lo diga y la vuelvo a hacer. ¡Ayúdenme a tasar, por favor!

Adivinanza

Adivinanza ¿Qué están haciendo las dos personas de la foto? Cuando lo pregunté a mis alumnos me dijeron que era algo completamente normal.

SOLUCIÓN: En China, a cambio de 30 céntimos de euro te limpian los oídos. Lo que no sé es si lavan el adminículo limpiador.

La sonrisa china

La sonrisa china Dicen mis estudiantes chinos (avergonzados, eso sí) que hay que tener cuidado con sus conciudadanos porque siempre intentan engañar a los extranjeros, e incluso entre ellos mismos. Son hábiles comerciantes que intentarán sacar el máximo beneficio en las transacciones, sin contemplaciones sentimentaloides. Llevan en la sangre el comercio agresivo.

Gracias a este carácter comercial están prosperando en España, donde en barrios como Lavapiés, en Madrid, se han hecho con una importante parcela de poder. Su atractiva sonrisa esconde una avaricia incontrolable que les sitúa en la avanzadilla del poder chino mundial de dentro de pocas décadas.

Sociedad alcohólica

Sociedad alcohólica El vínculo social por excelencia en la sociedad china es el alcohol. No hay mayor insulto que decir que no cuando alguien ofrece un trago. Está claro que es una cuestión de falta de personalidad, pero las presiones a las que uno se encuentra sometido en esas situaciones van desde el chantaje emocional hasta tener que soportar miradas displicentes, pasando por un tropel de acusaciones acerca de la hombría, capacidad de control...

Las mujeres sólo beben té al jazmín, pero los hombres suelen reunirse tras el trabajo y se dedican a tomar sin remisión vasos y vasos de licor chino o cerveza. Es curioso observar que cuando están ebrios siempre departen sobre sus tiempos en el ejército.

Además, como uno era extranjero y exótico, siempre se topaba con miradas sonrientes de gentes desconocidas que invitaban a beber, incluso, como pueden ver en la foto, mis alumnos adultos me obligaron tácitamente a participar en carreras de bebida de cerveza.

Menos mal que al final aprendí a evitar este tipo de situaciones.

McDonnalización de China

McDonnalización de China Una de las mayores ilusiones de mis alumnos era irse a comer a McDonnald's los fines de semana. Al contrario que en Occidente, es éste un capricho para ricos. El menú Big Mac cuesta exactamente lo mismo que en Estados Unidos y España. Sin embargo, las cadenas occidentales siempre están repletas de ávidos jóvenes quienes, tras la ingesta, pueblan los retretes diarreicamente ya que sus estómagos no están preparados para esas carnes artificiales ¡y eso que consumen culebras, ratas y plumíferos varios en su dieta tradicional!

Hablan los economistas del "índice McDonnald´s" para estudiar la economía de un país, pero la verdad es que, por mi experiencia, en todos las naciones en que he estado cuesta lo mismo. No consideran el nivel salarial de la región para ajustar sus precios.

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Taoísmo

Taoísmo Absolutamente todos mis alumnos chinos son ateos. Sólo algunas de sus abuelas acuden a ritos budistas o, en mayor medida, taoístas (la religión oficiosa en China). Uno puede leer muchos tratados sobre religiones comparadas o empaparse de artificosa literatura New Age y no entender absolutamente nada de la religión en China.

¿Por qué el alumno chino se ríe, literalmente, de la religión y sin embargo en países como Estados Unidos o España (en menor medida) la toman muy en serio?

Movido por la curiosidad me acerqué a uno de los innumerables templos taoístas que se pierden recónditos en las montañas donde habita el Panda Gigante en libertad. Tras llegar a la cumbre me recibió un espectacular monje vestido de negro.

Como buenamente pude expliqué al hombre de negro que yo estaba muy interesado en el rito tao. El joven monje abrió sus manos y cerrando y abriéndolas de nuevo verticalmente me dio a entender que debía darle 20 yuanes (unos 3 euros). Tras dárselos, y contemplar su cara de satisfacción, me entregó una vela que encendí a la par que pedía un deseo. A posteriori me entregó un paquete lleno de palillos (idénticos a los del helado español "Frigodedo") con diversas inscripciones en cada uno de ellos.

Tras hacer unas genuflexiones, el sacerdote me pidió que agitara el paquete hasta que cayeran dos palillos bajo los pies del dios que ven en la foto más abajo, (ante quien me arrodillaba en la foto más arriba). Así lo hice. El monje recogió los dos palillos y se dedicó 10 minutos a interpretarlos. Se suponía que iba a predecir mi futuro.

Tras curiosear, intentar hacer más fotos (que me prohibieron por ser un recinto muy sagrado) y anhelar vislumbrar un poco de luz en aquel ambiente mortecino, el monje me dijo lo siguiente: "si te encuentras enfermo acude al doctor¨.

Menos mal que las nuevas generaciones de chinos están dejando esas supercherías.

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Propaganda china

Propaganda china Los estudiantes chinos defienden a sus gobiernos sin tapujos. Por más que intentara mantener debates sobre sus políticas inmorales en Taiwan, el Tíbet o Mongolia, la defensa de sus dirigentes era exagerada. "Son una minoría los que no quieren pertenecer a la gran China, y el gobierno debe destruirlos", arguían.

Es curioso como en el aula, a diferencia de España donde nos imponen el retrato de un rey o antaño el de un dictador, no existen símbolos polícos. Sin embargo, al salir a la calle, uno sucumbe ante los enormes carteles cantando las excelsas virtudes de sus politicastros y los logros de sus padres fundadores.

Es tal la presión mediática que la mayoría de los jóvenes tiene adocenado el cerebro.

No agachen la cabeza

No agachen la cabeza Una de las características más importantes del alumnado chino es su excesiva timidez. Cada vez que hacía una pregunta los alumnos agachaban la cabeza. En eso difieren notablemente de los pupilos estadounidenses, quienes orgullosamente levantaban sus brazos para contestar.

Los alumnos españoles ni son tan tímidos ni tan osados, aunque ésta última es una virtud que busco incesantemente en mis estudiantes. Hablaba Ortega y Gasset del complejo de inferioridad del españolito, de su timidez infundada, de sus reparos en público. Creo que esto se va superando y nuestros alumnos de España van recuperando la voz sin avergonzarse.

Construcción de un nuevo país

Construcción de un nuevo país Doquiera que uno vaya por las pantagruélicas urbes chinas, siempre hallará docenas de trabajadores erigiendo un edificio, adecentando un parque o remodelando carreteras. China está en estado constante de construcción, casi, casi como España en verano.

Al lado de mi apartamento estaban creando un parque público. Era desasosegador ver como a primera hora de la mañana y a última de la tarde (12 horas) continuaban trabajando las mismas personas. A lo largo de toda la noche otros (espero) seguían currando desvelándome atronadoramente de vez en cuando. Así mismo, me dicen los alumnos que algunos de estos trabajadores son prisioneros forzados a redimir su falta trabajando gratis por un tiempo.

China tiene un sistema universitario gratuito. El problema es que hay poquísimas plazas y sólo los más brillantes pueden acceder a ellas. Igualmente empiezan a proliferar universidades privadas a las que sólo los ricos tienen acceso. Ricos y listos pueden estudiar, los demás a poner ladrillos.

Si Mao levantara la cabeza...

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China se abre al pop

China se abre al pop El joven estudiante de la izquierda, quien muestra su tedio apoyando su mano sobre la faz, se ha convertido de repente en una estrella del rock en China. Le llamaba Santiago, ya que me era imposible memorizar el nombre de mis 100 alumnos en chino. Además, escribir aquí su verdadero apelativo asiático es imposible.

Hoy me ha escrito un correo electrónico (de esos que pasan el filtro de la censura china) una de sus compañeras y ex-alumna mía diciendo que la semana pasada Santiago dio un concierto muy importante en Pekín.

Desde aquí mi más sincera enhorabuena. Sólo pedirle que no se americanice demasiado y que sea fiel a la bellísima música china, eso sí, modernizándola y dándole un toque personal. No hay nada más cutre que un chino cantando el "Born in the USA" de Springsteen.

Debajo pueden ver la foto que me envió su compañera. Es una pena que sólo sea del ensayo. ¿Dejará el gobierno chino realizar fotografías que reflejen la influencia occidental en su país?

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En China sólo un hijo

En China sólo un hijo Así de protectores se muestran los padres del grupo de alumnos más pequeños a los que enseñé en China. ¡Claro, como que sólo pueden tener un hijo en el que depositar todas sus esperanzas!

Los padres controlan a sus hijos sin contemplaciones. Los chavales son obedientes, temen y repetan a la figura paterna (más que a la materna), muestran frialdad en sus relaciones parentelares y jamás se les pasaría por la cabeza contestarles maleducadamente, como pasa en Occidente.

La figura del profesor (más que la de la profesora, ya que hay pocas) parece ser una proyección de la figura paterna. Allí me sentí un general en jefe que, quisiendo ser amable y deseoso de aligerar de tensiones el aula, los sobreprotegidos estudiantes no hacían otra cosa que pedirme más disciplina, que les den las cosas organizadas hasta el más mínimo detalle y que tan solo tengan que seguir al pie de la letra el proceso que les lleve a aprender.

Les dije, y espero que alguno lo entendiera, que a aprender se aprende pensando y no dejando que les den las cosas pensadas (parafraseando a Kant).

Ni tanto (China) ni tan calvo (Estados Unidos). Por mucha polémica de LOCES, LOGSES o LODES (decir a mi público no español que éstas son leyes de educación) España cuenta con uno de los mejores sistemas educativos públicos del mundo a nivel de enseñanza secundaria, y nuestros profesores tienen una preparación encomiable. Y si no, comparen.

Ludopatía china

Ludopatía china No es extraño observar en los bares españoles, de vez en cuando, a alguna persona con rasgos orientales introducir monedas compulsivamente en máquinas "tragaperras". Apenas tienen dinero, pero se endeudan con tal de tentar a la suerte. Los chinos son un pueblo de jugadores.

Depositan sus esperanzas en el azar. Creen que su penuria momentánea puede ser solventada en un golpe de fortuna, pero siguiendo ese sueño se empobrecen aún más.

El juego más extendido en China es el "Mah Jang", parecido al dominó y que fui incapaz de aprender por sus complicadas reglas y el dificultoso idioma chino (que aunque quise aprender me fue imposible). Son capaces de pasarse interminables horas jugando al susodicho y de perder bastante dinero.

Sin embargo, aunque pierdan, siguen sonriendo.

Los triciclos

Los triciclos En cuanto a China le de por consumir coches como en Occidente, el mundo adquirirá una tonalidad gris mayor que la que ya tiene. Menos mal que de momento se apañan con biciclos y triciclos.

Los "triciclistas" trabajan de sol a sol, incluso durante el Lorenzo afarolado de la noche, recorriendo sin descanso las desordenadas calles de la urbe asiática. Las cuestas hacia arriba las superan sonriendo, incluso cuando han de arrastrar a grupos de tres personas o a enriquecidos gordinflones.

Mientras esperan al siguiente cliente se las apañan para dormitar en su "calesa", pero lo que más llama la atención es que lucen sus camisas y pantalones impecablemente planchados y sus zapatos cegadores de brillo. Quince minutos de esfuerzo a cambio de medio euro.

Siesta en el triciclo

Siesta en el triciclo El triciclista en China es una tortuga, no por su lentitud sino por llevar su casa a cuestas. En sus triciclos comen, leen el diario oficial del partido comunista, fuman y, como ven en la foto, duermen.

Hay un par de chinos ricos que poseen centenares de triciclos que alquilan a una tasa altísima, con lo cual los triciclistas han de trabajar muchísimas horas para poder amortizar y obtener un mínimo de ganancias a su esfuerzo diario.

Estos héroes del pedal sueñan con poder comprar algún día su propio triciclo, pero la cosa parece estar difícil. Son excesivamente caros, lo cual me es incomprensible pues no debe de ser muy difícil construir uno.

Yin y yang

Yin y yang China, a pesar de ser un país ateo por decreto, es muy supersticiosa. Son innumerables las sectas que surgen al mismo ritmo que las desigualdades sociales se van incrementando.

Todas las religiones del país amarillo tienen de común denominador el concepto de "yin y yang", es decir, el equilibrio de fuerzas en la naturaleza.

Si uno tiene mucho "yin" y poco "yang" o viceversa, su felicidad se verá mermada y aparecerán problemas médicos. El mundo tiende a compensar, según ellos. Si uno es muy feliz ahora mañana lo será menos para alcanzar el equilibrio. Al final de nuestras vidas todos los seres humanos habremos alcanzado el mismo grado de dicha una vez sumados todos y cada uno de los momentos felices.

A mi esta teoría me parece mera superchería, pero muchos de mis alumnos creían en ellas firmemente.

Lo que está claro es que los chinos son muy felices. Contigo pan y cebolla...

Tai Chi

Tai Chi Creo que el Tai Chi es la clave de bóveda que explica por qué el pueblo chino está sonriendo constantemente a pesar de sus penurias. Incluso explica por qué las mujeres siguen sometiendose con alegría a esa desasegadora sociedad machista que les impide conducir y que les sirven en último lugar en los restaurantes.

Es normal encontrarse en las calles de las grandes urbes de China a grupúsculos de mujeres bailando al son de una relajante melodía Tai Chi, mientras mueven unas cintas que las haga tomar conciencia de su existir.

Si en Occidente se practicara estas técnicas de relajación otro gallo nos cantara...

Hacinamiento y censura

Hacinamiento y censura Cuando di clases en China el hacinamiento era notable en el aula. Salas sucias, cables sueltos, cajas de cartón como sustento del televisor (que funcionaba tras propinarle un golpetazo), aire acondicionado que calentaba el húmedo ambiente monzónico, polvo de tiza jamás limpiado, moscas, ruidos de la calle...

A pesar del ambiente agresivo mis alumnos siempre sonreían. Además eran tan disciplinados que aprendieron muchísimo a pesar de la hostilidad del medio. Aunque carezcan de dinero tienen una enorme capacidad de esfuerzo y eso, a medio plazo, les colocará como primera potencia económica mundial.

Dicen que hace 100 años la esperanza de vida de los chinos era de 35 años, hasta que Mao sacó una ley que obligaba a todo el mundo a tomar una ducha todos los días; la esperanza de vida subió hasta los 70 años. En cuanto al presidente actual le de por sacar una ley que obligue a limpiar los cuartos de baño (jamás limpiados por ser la profesión de limpiador la más vejatoria en ese país), a cerrar las puertas cuando se defeca y a no escupir en las calles o restaurantes, China se comerá el mundo.

Pero lo más importante para el éxito de China es que se abran al mundo. Recibo varios correos electrónicos al mes de mis alumnos chinos pero a algunos me es imposible contestarles (amén de los que probablemente me mandaron ellos y que nunca recibí). Tienen unos potentísimos filtros (pactados con Microsoft) que impiden un flujo de intercambio libre de información.

Quiero contestar a mis alumnos pero ese maldito gobierno no me deja.

Me han robado amigos para toda la vida.

Como hundir un país

Como hundir un país China es la gran amenaza económica para los países occidentales, principalmente para sus "depredadores". Los depredadores son unos personajes pintorescos que pueblan las oficinas del Fondo Monetario Internacional, del GATT y de los gobiernos de países ricos. Se dedican a presionar a los adeudados dirigentes tercermundistas para que implanten un sistema ultracapitalista en esas regiones.

Creen que la libertad económica llevará la riqueza a todo el mundo y que el control sobre el capital y la paga de impuestos sólo implicará un aumento de la pobreza. Estos días se reunía el G8 con algunos presidentes adocenados y corruptos de repúblicas bananeras africanas a los que se les propondrá dejar que el capital internacionalizado, ese ente invisible pero que todo lo domina, medre por sus fueros sin ningún tapujo por los países negros.

China está cediendo a dichos depredadores, aunque a veces se resistan. Ppr ejemplo, hace dos años, cuando los chinos se negaron a liberalizar el yuan (su moneda) Estados Unidos se inventó una epidemia (el SARS, más conocida como Fiebre Asiática) que afectó terriblemente a la economía del país oriental. En cuanto los chinos empezaron a dialogar y crear un plan para fortalecer su moneda (con el consiguiente detrimento de los baratos productos "Made in China" por los bajos costes salariales) la epidemia desapareció tan "misteriosamente" como surgiera.

Mientras fui profesor en China jamás hubo problema alguno con el SARS. Allí es más probable morir de hambre o por indigestión. Además, las colas, como pueden ver en la foto, eran interminables por los innumerables papeleos y chequeos médicos que había que realizar con frecuencia.

Bart Simpson es más devastador que la bomba atómica

Bart Simpson es más devastador que la bomba atómica Mickey "el ratón" y la coca-cola son los verdaderos artífices de la hegemonía norteamericana en el mundo. Ni las armas de destrucción masiva, ni las aeronaves espaciales pueden hacer frente a Hollywood ni a los refrescos gaseosos.

En China detestan el liberalismo de Estados Unidos pero adoran a Bart Simpson, rehúyen de todo tufillo librecambista pero llevan camisetas del pato Donald, detestan la inexistencia de un estado paternalista pero se tragan las películas subtituladas de Arnold Swatzenager (o como diantres se deletree).

En la foto, mis alumnos de China de hace unos meses brindan con coca-cola y muestran orgullosos sus vestimentas estadounidenses. "Un país dos sistemas", dijo alguien; dos países (Estados Unidos y China) y un sistema (el del control de la mente a través de las películas), podríamos decir. Y es que mis alumnos norteamericanos parecen tan absortos como los chinos en las correrías de los personajes del celuloide.

Al menos Hollywood nos regala fantasmas, vampiros, hadas y otras criaturas de la imaginación, que antaño nos suministraban los libros, constituyentes básicos de una democracia sustentada en el temor y el amor a la libertad.