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Vida de profesor

Agradar a todos

Agradar a todos El oficio de profesor resulta, a veces, complicado porque hay que agradar a los alumnos, a sus padres, a la administración y a los colegas de profesión. A veces, satisfacer a unos entra en conflicto con contentar a otros. En otras ocasiones no hay pie a término medio: "o se está con alguien o se está contra él".

Es difícil tener la suficiente mano izquierda como para torear todo tipo de visicitudes sociales en el Instituto, lo cual genera enfrentamientos, mal entendidos, caras largas, y miradas inquisitivas.

La solución estriba en hablar, en preguntar directamente, ante la más mínima sospecha, "¿qué te pasa conmigo, he hecho algo que te disgustara? De todas formas, intentar alegrar a todos convierte a uno en una especie de máquina sin sentimientos en que "el otro" se convierte en "algo" que actúa y "el yo" se instaura como un "ente" que acude a la bibliografía para reaccionar "con inteligencia emocional" según sea el comportamiento del primero. Y esto, como dice una alumna, "no es plan".

1 comentario

bacterio -

Lo malo de tener intentar tener contenta a la gente siempre, es que uno está descontento consigo mismo.

El responder a los "órdenes del día" de los demás nos lleva a que el control de lo que hacemos esté en manos de los otros, lo cual no es una buena cosa.

Me parece que dar dolores de cabeza en vez de tenerlos es más provechoso :)

Saludos.