El rey y la reina
Ayer se graduaron mis alumnos entre llantos, euforias y esperanzas de futuro. Lo que en España no es más que un mero trámite para acceder a la Universidad, en Estados Unidos convierten la graduación de la "High School" en todo un fin en sí mismo. Fiestas, ceremonias y exceso se dan por doquier para celebrar "tamaño" éxito.
Los requisitos académicos son bastante menores que en España, de hecho todos los alumnos se gradúan, aunque no den palo al agua. Como es la sociedad de la libertad y de la igualdad, todos tienen el mismo derecho a graduarse sin dar pie a discriminaciones por razones de inteligencia, capacidad de esfuerzo o educación.
En definitiva, más que para los alumnos, esta es una fiesta para los padres, los cuales no pueden contener su orgullo y necesitan compartir los "éxitos" de sus hijos con todo el mundo organizando grandes barbacoas en sus jardines regadas con litros y litros de refrescos y alcohol.
Además, como uno es profe, tiene que acudir a todas las fiestas con el correspondiente regalito de marras, así que ayer mi cuenta bancaria sufrió un considerable bajón. Lo peor de todo es tener que cantar las enormes virtudes (inventadas) de sus hijos enfrente de la abuela.
Los de la foto son el rey y la reina del año del Instituto.
Los requisitos académicos son bastante menores que en España, de hecho todos los alumnos se gradúan, aunque no den palo al agua. Como es la sociedad de la libertad y de la igualdad, todos tienen el mismo derecho a graduarse sin dar pie a discriminaciones por razones de inteligencia, capacidad de esfuerzo o educación.
En definitiva, más que para los alumnos, esta es una fiesta para los padres, los cuales no pueden contener su orgullo y necesitan compartir los "éxitos" de sus hijos con todo el mundo organizando grandes barbacoas en sus jardines regadas con litros y litros de refrescos y alcohol.
Además, como uno es profe, tiene que acudir a todas las fiestas con el correspondiente regalito de marras, así que ayer mi cuenta bancaria sufrió un considerable bajón. Lo peor de todo es tener que cantar las enormes virtudes (inventadas) de sus hijos enfrente de la abuela.
Los de la foto son el rey y la reina del año del Instituto.
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