Todavía quedan algunos que piensan que es una tontería esto de aplicar los blogs a la educación o que el profesor reflexione sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje en voz alta sin tener que pasar por la censura de los medios acostumbrados. Estimo que muchos de mis estudiantes que ya trabajan con blogs me agradecen que les haya enseñado a crearlos y estamos construyendo, poco a poco, una comunidad bloguera en la que nos leemos y escribimos los unos a los otros sobre asuntos de filosofía.
Además no estoy sólo. Acabo de firmar el siguiente manifiesto propuesto por el blogfesor Mario Núñez y les invito a sumarse a los más de 100 profesores que ya han hecho suyos estos principios:
Soy un blogfesor porque mi bitácora se ha convertido en un mecanismo efectivo para aprender y enseñar. Soy un blogfesor porque creo en la inteligencia colectiva de la blogosfera. Soy un blogfesor porque considero que los weblogs son una herramienta poderosa de educación y mejoramiento continuo. Soy un blogfesor porque predico las buenas nuevas de los weblogs y su poder para transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Soy un blogfesor porque me fascina aprender y poder compartir lo aprendido en la blogosfera. Soy un blogfesor porque creo en el poder terapéutico de los weblogs. Soy un blogfesor porque una de las tareas diarias a las cuáles me enfrento con seriedad y responsabilidad es la de bloguear. Soy un blogfesor porque la práctica de bloguear me libera de la rutina y la normalidad de todos los días. Soy un blogfesor porque mis “web feeds” son mi biblioteca personal preferida. Soy un blogfesor porque considero que bloguear es una práctica espiritual. Soy un blogfesor porque me nutro todos los días de la sabiduría de la blogosfera. Soy un blogfesor porque bloguear es un camino con corazón.
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