El mercado de los viernes
Existe en Teherán, cerca de la plaza de Ferdusi, un mercado de artesanía y antigüedades que se organiza todos los viernes. Allí se entremezclan los Rolex made in China con los auténticos a un mismo precio de 100,000 tomanes (100 dólares); también encontraremos, de mayor o menor calidad, miniaturas, alfombras, latón esmaltado, collares de piedras preciosas, anillos de oro blanco, pendientes de ámbar gris, cobre repujado, tejidos estampados, azulejos, ropas folclóricas y utensilios de cerámica. Sólo el comprador avisado y entendido podrá diferenciar entre lo bueno, lo mejor o el timo.
Miles de personas forman un bullicio atronador desde las 7 de la mañana hasta bien entrada la tarde intentando encontrar una ganga. Es divertido ver a los extranjeros despistados, sobre todo a los anglosajones de tez pálida que con los últimos calores andan muy rojos, dando tumbos por las cuatro plantas del garaje en el que se despliega el mercado. Sus rostros parecen decir: "jo, estoy en medio del eje del mal, que "tío" soy, cuando llegue a Inglaterra o Alemania voy a "fardar mogollón" con mis amigos".
Pues bien, hace unas semanas compré por 10,000 tomanes (10 dólares) dos obras de artesanía de cobre repujado que me parecieron preciosas ya que mostraban escenas de las poesías del escritor persa Ferdusi. Nunca pensé que pudieran ser antiguas por el precio al que me lo dejaron tras el obligatorio regateo, pero hoy, al intentar enviarlas a España por correo, en la oficina postal me pusieron muchísmas pegas porque creían que era patrimonio nacional. Al final debieron pensar que no era tan importante porque me dejaron mandarlas.
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