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Vida de profesor

Perfeccionismo

Estamos en época de éxamenes (bueno, los otros porque yo examino todos los días la participación de mi alumnado en clase y me dejo de zarandajas anquilosadas como son esos papelajos que dan algunos en los que se pide que el alumno de rienda suelta a su verborrea ininteligible).

El problema es que hay estudiantes que dan tanta importancia a los exámenes que duermen mal, no comen, tienen problemas de estómago, no pueden controlar su mal humor y, lo peor de todo, por mucho que estudien no aprenden nada ya que al día siguiente de la "empollada" lo olvidan todo.

¡A ver si nos vamos enterando de que se trata de comprender y pensar y no de memorizar chorradas! ¡A ver si empezamos a construir el aula como una comunidad de investigación, que diría Lipman, y no como una reunión de amargados en los que unos enseñan lo que les aburre y otros se aburren con lo que les enseñan!

Los estudiantes y profesores son como las mujeres iraníes que asumen e incluso defienden que han de llevar el burka, es decir, docentes y discentes asumen sin queja que se deben hacer exámenes ridículos y aceptarlo sin más, incluso defenderlo, sin parar a pensar que hay formas más satisfactorias de aprendizaje que no desdeñan el esfuerzo ni la excelencia en el aula.

Citaré a Lipman para que vean lo que de veras hay que enseñar y que tiene unas consecuencias positivas en la vida intelectual de los estudiantes:

Hay que enseñar a los alumnos a

1. Evaluar por sí mismos su aprendizaje y su pensamiento
2. Los estudiantes deben poder acceder a las herramientas de investigación
3. Deben practicar el análisis conceptual
4. Deben adquirir experiencia en la lectura y escritura críticas
5. Se les debe dar la oportunidad de narrar y describir creativamente
6. Hay que articular una comunidad de investigación en el aula
7. Debe haber un libre intercambio de ideas y crecimiento intelectual

(Lipman, Pensamiento complejo y educación)

4 comentarios

Anónimo -

Nadie ha cuestionado el hecho de atender las necesidades individuales del aula, forma parte de la profesionalidad que se le supone.

Otro aspecto es la evaluación, entendida como fuente de datos, y que no debería basarse sólo en la valoración "objetiva" de la actuación del alumno en clase. Bien sabe usted que hay aspectos que no sólo no pueden percibirse de ese modo, sino que necesitan otros mecanismos para ser detectados.

El examen en sus múltiples facetas (escrito, entrevistas orales, presentaciones individuales o en grupo, trabajos escritos ...) da mucho trabajo en su preparación y en su corrección; dado que requiere de criterios de evaluación, saber de antemano qué se evalúa, por qué y cómo va a hacerse; pero no cabe duda que ayuda a clarificar conceptos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Rafael -

Nadie dice que no se evalúe. De hecho hay que hacerlo cada día. Si un día se ve que un alumno no ha captado los conceptos se le hace ir al departamento y se le explica de nuevo. Así hasta que alcanzan los mínimos establecidos en la programación; a partir de esos mínimos el estudiante se marca los máximos que quiera, llegando a veces a alcanzar nivel de universitario (aunque eso ultimamente es muy fácil por el bajo nivel, salvo honrosas excepciones, de las universidades españolas)

amaría -

Conocer los planteamientos de Lipman puede sernos de gran ayuda en la tarea docente, sin embargo se debería añadir que el proceso de evaluación es necesario por múltiples razones. Se me ocurren algunas:
1. Ayuda al alumno a tomar conciencia de su propio proceso de aprendizaje.
2. Frente a un examen el profesor debe clarificar sus objetivos para sopesar los aspectos más relevantes de la materia.
3. El alumno ha de revisar y aclarar sus propios conocimientos.
4. El examen tiene un papel motivador. Esfuerzo= recompensa; lo que nada cuesta no tiene valor.
5. El examen puede verse como una prueba de autoevaluación del profesor, en la que se ve si, en general, se han asimilado los contenidos o no. Y si fuese necesario se podrían modificar o cambiar los criterios pedagógicos.