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Vida de profesor

Oratoria

Oratoria Un día, un grupo de alumnas se quedaron tan absortas escuchando a mi jefa de departamento hablando sobre Aristóteles, que se dieron cuenta de que la clase se había terminado 15 minutos después de la hora; se había estropeado la sirena y nadie se había percatado de que la clase había acabado.

Quien es capaz de tener a los alumnos tan concentrados e interesados en el aula es el mejor de los profesores posibles. Un buen orador es aquel que es capaz de mantener a su audiencia entregada y olvidada del paso del tiempo; todo profesor debería ser, ante todo, orador.

Se ha perdido la buena costumbre de la oratoria entre los profesores. Muchos llegan, leen unas cuantas cuartillas, escriben cuatro letras en el pizarrón y se quedan tan agusto, aburriendo soberanamente al personal. La buena oratoria es mucho más que eso.

El orador-profesor debe pasearse por el aula, aproximarse y alejarse de los alumnos, jugar con los tonos de voz, usar su cabeza y no agarrarse a los papeles, incitar al público a discrepar de sus afirmaciones. En definitiva, el buen profesor debe alcanzar el "tercer silencio" de los alumnos, concepto acuñado por Andrés Segovia y con el cual definía ese estado del auditorio en que la gente está tan emocionada por su música que el silencio y la atemporalidad se hacen palpables.

Un profesor debe emocionar al alumnado, provocarle, embriagarle, sorprenderle, ensimismarle. Tenerle y darse. Un profesor debe vocalizar con la claridad de Demóstenes y debe hacer virguerías con el lenguaje como hacía Cicerón. Un profesor debe enseñar hablando como el abogado mejor pagado del más importante de los buffetes. Un profesor debe desplegar todo su potencial de oratoria para que los conceptos que explique sean engullidos, devorados y masticados con gula por parte del alumnado.

Todos los profesores deberían dar cursos de oratoria ya que algunos ni siquiera saben hablar.

6 comentarios

Sol -

No esta nada mal el escrito,estaba buscando algo para guiarme para una presentación en mi cole el día de los profes y llegue exacto. muchas gracias.

ericucha -

el comentario de oratoria a mi parecer es un ingrediente de gran sabor para compartir con los demas y estos a su vez no desperdicien esta rica comida. Es importante en este mundo competitivo saber inyectar los mensajes que diariamente se quiere transmitir Y una herramienta basica es la atraccion de hablar.

Arthur -

Lo ke escribieron la nta mno le entendi nada y se m hace demasiado teorico. debirian hacerlo con palñabras comunes para ke los jovenes lo entioendan

mela -

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices pero es tan difícil! Este año he dado clase en un instituto por primera vez haciendo una sustitución de tres meses y qué chungo! La experiencia es interesante, la tomé con ilusión, incluso me llevaba más o menos bien con mis alumnos y alumnas. Pero no conseguí llevar la clase con seguridad.Ellos no aprendían y yo llegaba a casa machacada, algunos días incluso llorando. O sea, fui demasiado blanda, demasiado insegura, demasiado tímida. No supe dirigir los grupos con ilusión, con inteligengia; no supe ser una guia en el aprendizaje. Se me acumulaba todo, preparar las clases, etc.Un desastre.Me pregunto si valgo; creo que de momento tengo que pulirme mucho. No sé. Dar clase requiere muchas cosas, muchas aptitudes. Me gusta enseñar pero creo que no sé hacerlo. Soy una persona tímida y callada en la vida diaria, un punto pasota, me gusta pasar desapercibida...Me identificaba más con mis alumnos que con mis compañeros; en realidad,tengo más de alumna que de profe. Está claro que no debería de dar clase. La profesión de profesor tiene mucho de público, de persuadir, de convencer, de motivar, de actor, en cierta medida. Aprendí mucho, les cojí cariño a los alumnos a pesar de lo mal que lo pasé. A pesar de todo, sé que fue positiva la experiencia y es que aprendí mucho y lo más importante, fui mucho más consciente de todos los miles de millones de cosas que tengo que aprender. Pero claro otra cosa es valer para esto!

josemoya -

Esto es totalmente cierto. Todos los profesores ante los que me he quedado embriagado, todos los que han sabido persuadirme, tenían un magnífico dominio de la oratoria, que no es sólo eso que el diario de sesiones o las películas de abogados nos hacen pensar. El problema es que se necesitan unas condiciones previas que a veces son difíciles de conseguir en un aula.

Bea -

Muchas gracias por este comentario que nos devuelve a la esencia: la convicción, la transmisión significativa de un fondo de cultura colectiva que no son simple contenidos, sino que trasunta la humanidad.
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