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Vida de profesor

El hotel de las novias

El otro día, recorriendo una de las bellas librerías de Teherán, me encontré con la obra de teatro de Chista Yasrebi El hotel de las novias  (editorial Namira, Teherán, 2004) y no me pude resistir a comprarlo.

Esta obra trata sobre dos mujeres enfrentadas al paternalismo y violencia machista. Las reflexiones de las víctimas van surgiendo desde lo más profundo de su dolor logrando conmover al lector. Me ha transmitido tantas sensaciones que estoy pensando en traducirlo al castellano con la ayuda de algunos iraníes y ¿por qué no? que la represente alguien algún día en la lengua de Cervantes.

Ahí va uno de los monólogos más dramáticos (perdonen la traducción improvisada) sobre el asunto del sighe:

LA MUJER (A): La primera noche él durmió en otra habitación pero me convenció para que le planchara su camisa porque se le había arrugado. Me molestó un poco pero él me aseguró que no sabía hacerlo. Me lo agradeció tanto que me autoconvencí de que ese detalle carecía de importancia. Pensé que ayudarle no supondría ningún problema.

La segunda noche, después de cenar, me pidió que le cosiera el botón de su chaqueta. Me dijo que el botón se le descosió hace unos días y que no encontraba a nadie para cosérselo. Sentí pena por él. Por eso se lo cosí (Se limpia los ojos con un pañuelo).

Quise llamar a una de mis amistades. Él se sentó junto al teléfono para escuchar lo que yo decía. Después de un rato, cogió el teléfono de repente para saber si era un chico o una chica quien hablaba conmigo. Me lo devolvió cuando se aseguró de que la otra persona era una chica. Se enfadó y dijo: "¡Deja de hablar pronto! ¡No te doy dinero para que gastes tu tiempo hablando por teléfono! Luego me quitó el teléfono y lo desconectó cuando yo no había acabado mi conversación.

Me enfadé y quise abandonar la habitación para telefonear a mi amiga. Pero él cerró la puerta. Yo rompí a llorar. Se acercó y me dijo que me amaba y que por eso no quería que yo hablara con nadie más que él. Que yo debería pasar mi tiempo sólo con él. Que él necesitaba todo mi afecto.  Dijo que nadie le apreciaba. Después me trajo una taza de té y me explicó brevemente algunas historias sobre su soledad.

Por la noche me pidió que le hiciera un masaje en los pies. No acepté pero él me abofeteó y me dijo que llamaría al recepcionista del hotel para llevarme abajo si hacía cualquier ruido. Por eso le hice el masaje en los pies.

Por la noche, mientras yo dormía, se acercó a mi cama. Primero le supliqué. Después se enfadó y me golpeó. Me dijo: "¡me quejaré de ti! ¡Diré que mi mujer me engaña con otro!" Me dijo que encontraría a dos testigos que declararan falsamente contra mí, y depués me darían latigazos. (Se cubre la cara).

Decidí gritar. y salir corriendo de la habitación pero él la había cerrado con llave. Dijo que nadie podría oír mi voz, incluso aunque gritara mucho y que, si me oyeran, nadie intervendría en una discusión de pareja.

Además sólo es el hombre quien puede elegir. Un hombre puede golpear a su mujer hasta matarla si ella no le obedece. (Pausa).

Dijo: "No te he obligado a casarte conmigo para nada. ¡Yo tomé a una esposa para usarla!  

(p 97)

3 comentarios

Anónimo -

la obra esta en ingles?

Katy-lù -

Maestro: Realmente conmovedor y desgarrador. Una realidad en México tambien...

Manuela -

Jo, Rafa, cómo me animas, ¡y yo que me quejo del machismo que hay en mi sociedad !...
Preciosa la foto de tu clase, me ha sorprendido que haya tantas chicas.