Esto es un lamento
Los profesores no impartimos la materia de turno sólo, tenemos que enseñar a ser humanos. Pero cuando los hijos de los profes son crueles (disfrutan con el sufrimiento ajeno) la figura del docente se va al garete, se le pierde el respeto y los alumnos hacen muy bien en mandarles al quinto demonio. A este chico asqueado por el ambiente del instituto lo mataron los profesores; son unos negligentes, que dirían los juristas. Leamos a Tío Petros:
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http://www.infoaragon.net/servicios/blogs/tiopetrus/
Esto es un lamento.
Esto es un lamento por pertenecer a la puta especie humana, y a su condición.
Hace unos días, a cinco kilómetros de donde vive quien esto escribe, en una población cercana, un chaval (tan sólo un niño) de 14 años hacía un corte de mangas a la vida y mandaba todo a tomar por el culo dando un paso en el vacío desde las murallas de su pueblo.
Más de un año de vejaciones por parte de sus compañeros, iniciadas un nefasto día en el que una incontinencia debida a una indisposición de vientre le señaló para siempre como el carrito de las hostias.
Durante unos días, el estupor. La esquela en el periódico y nada más. Ahora que han pasado dos semanas, doble hoja diaria en los periódicos locales, indicando que esto era la crónica de una muerte anunciada. Ahora resulta que varios de los hijos de puta que lo torturaban, además de hijos de puta eran hijos de profesores del centro. Ahora resulta que al inicio de este curso lo recibieron con una fiesta de celebración por el primer aniversario de "la cagada". Ahora resulta que en el gimnasio del colegio recibía balonazos hasta de los más pequeños. Ahora resulta que últimamente lo habían golpeado repetidamente cada vez que lo veían. Ahora resulta que todos lo sabían. Ahora resulta que el carrito de las hostias no ha aguantado más y se ha suicidado, llevándose consigo la alegría de sus padres y hermano para siempre.
Yo no le conocía, pero por las noches me da por pensar en este niño (porque aún era un niño) al borde de la muralla sintiéndose el ser más solitario del universo. Intento imaginarme su soledad, su inmenso dolor y su desesperación, y lo único que consigo es no poder dormir.
Dicen que cuando corrió la noticia, alguno de los compañeros preguntó si se había lanzado de cabeza o dando vueltas; ya saben, como haciendo una gracia. Dicen que hoy hay bastantes compañeros que no se atraven a salir a la calle por temor a la población. Dicen que algunos compañeros han abandonado el colegio, estigmatizados por la vergüenza. Dicen que alguno ha abandonado el pueblo. Dicen que hay muchos padres no se atreven a dar el pésame a los padres de la víctima. Dicen que hubo gente que no tuvo cojones de asistir al funeral, de por sí multitudinario. Dicen que esto no debía haber ocurrido jamás. Los psicólogos hablan y dan sus versiones. Hasta un bloguero habla del tema.
A ese blogero le apetece pedir perdón, sin saber muy bien porqué. Quizás porque estas cosas se diluyen en la culpabilidad colectiva, afectando a todos. Quizás por intuir que de haber estado implicado en el tema, tampoco hubiera dado la talla.
Intentaremos recuperar la fe en la especie humana.
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http://www.infoaragon.net/servicios/blogs/tiopetrus/
Esto es un lamento.
Esto es un lamento por pertenecer a la puta especie humana, y a su condición.
Hace unos días, a cinco kilómetros de donde vive quien esto escribe, en una población cercana, un chaval (tan sólo un niño) de 14 años hacía un corte de mangas a la vida y mandaba todo a tomar por el culo dando un paso en el vacío desde las murallas de su pueblo.
Más de un año de vejaciones por parte de sus compañeros, iniciadas un nefasto día en el que una incontinencia debida a una indisposición de vientre le señaló para siempre como el carrito de las hostias.
Durante unos días, el estupor. La esquela en el periódico y nada más. Ahora que han pasado dos semanas, doble hoja diaria en los periódicos locales, indicando que esto era la crónica de una muerte anunciada. Ahora resulta que varios de los hijos de puta que lo torturaban, además de hijos de puta eran hijos de profesores del centro. Ahora resulta que al inicio de este curso lo recibieron con una fiesta de celebración por el primer aniversario de "la cagada". Ahora resulta que en el gimnasio del colegio recibía balonazos hasta de los más pequeños. Ahora resulta que últimamente lo habían golpeado repetidamente cada vez que lo veían. Ahora resulta que todos lo sabían. Ahora resulta que el carrito de las hostias no ha aguantado más y se ha suicidado, llevándose consigo la alegría de sus padres y hermano para siempre.
Yo no le conocía, pero por las noches me da por pensar en este niño (porque aún era un niño) al borde de la muralla sintiéndose el ser más solitario del universo. Intento imaginarme su soledad, su inmenso dolor y su desesperación, y lo único que consigo es no poder dormir.
Dicen que cuando corrió la noticia, alguno de los compañeros preguntó si se había lanzado de cabeza o dando vueltas; ya saben, como haciendo una gracia. Dicen que hoy hay bastantes compañeros que no se atraven a salir a la calle por temor a la población. Dicen que algunos compañeros han abandonado el colegio, estigmatizados por la vergüenza. Dicen que alguno ha abandonado el pueblo. Dicen que hay muchos padres no se atreven a dar el pésame a los padres de la víctima. Dicen que hubo gente que no tuvo cojones de asistir al funeral, de por sí multitudinario. Dicen que esto no debía haber ocurrido jamás. Los psicólogos hablan y dan sus versiones. Hasta un bloguero habla del tema.
A ese blogero le apetece pedir perdón, sin saber muy bien porqué. Quizás porque estas cosas se diluyen en la culpabilidad colectiva, afectando a todos. Quizás por intuir que de haber estado implicado en el tema, tampoco hubiera dado la talla.
Intentaremos recuperar la fe en la especie humana.
12 comentarios
Minerva25 -
Mucha suerte a todos.
profesor -
Vailima -
un abrazo
Profesor2 -
Profesor -
Vailima -
ten en cuenta siempre lo que te dice Tio Petros. Tu vida, tus grasas y tus gafas valen más que todos ellos juntos. Deja que pase el tiempo, casi siempre se preocupa de poner a todos en su sitio. Y el sitio de un adolescente no es la fosa de una muralla con los ojos vendados.
Yo también me sentía fatal cuando era adolescente. A mí sólo me acosaba una hijaputa pero para mí ya era suficiente. "Pelo de fregona" me llamaba siempre que me veía, a grito pelado, en la calle. Mi vergüenza no tenía límites. No quería salir de casa. Pero llegó el día (hace dos o tres años) que pude vengarme. Un sábado radiante, en el que yo también me encontraba radiante, la ví. En la barra de un bar. El mostrador le llegaba por la nariz, a mí por debajo del pecho. La miré insultante, sin dirigirle la palabra, taladrando su orgullo con mi tardía valentía. Diossss. Mi sonrisa de perraca era indescriptible. Me colé, la dejé atrás con mi altura y con la certeza de que en ese momento se tragó todos los pelos de mi fregona uno a uno. Sentí tanta satisfacción como vergüenza y miedo me hizo pasar ella cuando yo era lo tristemente tonta como para no haberle partido la cara la primera vez que se refirió a mí.
Un beso
El tiempo es el médico de todas las cosas. No tengas ninguna duda, anónimo, de que tú tienes algo que ellos no tendrán nunca: eres buena persona.
TioPetros -
Tal y como está titulado el post, y dada primera frase del mismo, da la impresión de que afirmas que yo digo que "Profesores negligentes matan a alumno", cuando esta afirmación es exclusivamente tuya.
Me gustaría que constara que no estoy de acuerdo con dicha afirmación. Nunca me atrevería a efectuar una delimitación de responsabilidades de este horroroso suceso. Eso es tarea de otros...y no lo tienen fácil.
Un saludo.
TioPetros -
Animo, que ya los presocráticos se habían dado cuanta de que el hombre es capaz de lo peor, y de lo mejor.
Anónimo de 14 años:
¿Qué puedes hacer?
De momento te diré qué no debes hacer. No debes hacer lo que hizo el muchacho de Hondarribia. Cometió un error, que no debe ser repetido por adolescente alguno. La vida es muy larga, y llegará el día en que mires a los que ahora te desprecian desde arriba, y ellos lo harán desde abajo. Es cuestión de aguantar. Y dar dos hostias, si se tercia.
Juanpi -
anonimo -
Vailima -
Pues nada más y nada menos que su hijo (hijoputa diría yo) sólo participó en los golpes del lunes y el miércoles anteriores al suicidio.
Claro, que como dejó un día de intervalo, descanso o llámalo como quieras... tiene perdón y entenderán los padres y hermano del fallecido que de esta manera, tan alternativa ella de ser hijo de puta, habrá que tener en cuenta el día de descanso.
En fin, que no sólo profesores, ya véis, sino el padre de uno de los chicos que le hicieron una fiesta por el primer aniversario de su incontinencia.
Ojalá, que sean ellos ahora los que se caguen patas abajo. Pero para el resto de sus días.
Sad -