Mi alumno daría una paliza al profesor si fuera Giges
Hoy he explicado en la clase de ética el mito de Giges, narrado en el libro II de La república de Platón, donde Glaucón cuenta a Sócrates que un pastor (Giges) se encontró un anillo que le permitía ser invisible cada vez que quería. Por supuesto usó este poder para hacer el mal, como haríamos cualquiera de nosotros aunque nos cueste reconocerlo.
Antes de explicar el mito pregunté a los estudiantes qué harían si tuvieran ese anillo y las respuestas fueron robar, vengarse de los que les caían mal e, incluso, hubo "un simpático" que afirmó que daría una paliza a los profesores que tenía enfilados. Sólo una persona, de 28, quiso usar su poder de invisivilidad para el bien.
En fin, les dejo con el fragmento:
(Giges) Dicen que era un pastor que estaba al servicio del entonces rey de Lidia. Sobrevino una vez un gran temporal y terremoto; abrióse la tierra y apareció una grieta en el mismo lugar en que él apacentaba. Asombrado ante el espectáculo, descendió por la hendidura y vio allí, entre otras muchas maravillas que la fábula relata, un caballo de bronce, hue co, con portañuelas, por una de las cuales se agachó a mirar y vio que dentro había un cadáver, de talla al parecer más que humana, que no llevaba sobre sí más que una sortija de oro en la mano; quitósela el pastor y salióse. Cuando, según costumbre, se reunieron los pastores con el fin de informar al rey, como todos los meses, acerca de los ganados, acudió también él con su sortija en el dedo. Estando, pues, sentado entre los demás, dio la casualidad de que volviera la sortija,dejando el engaste de cara a la palma de la mano; a inmediatamentecesaron de verle quienes le rodeaban y con gran sorpresa suya, comenzaron a hablar de él como de una persona ausente. Tocó nuevamente el anillo, volvió hacia fuera el engaste y una vez vuelto tornó a ser visible. Al darse cuenta de ello, repitió el intento para comprobar si efectivamente tenía la joya aquel poder, y otra vez ocurrió lo mismo: al volver hacia dentro el engaste, desaparecía su dueño, y cuando lo volvía hacia fuera, le veían de nuevo. Hecha ya esta observación, procuró al punto formar parte de los enviados que habían de informar al rey; llegó a Palacio, sedujo a su esposa, atacó y mató con su ayuda al soberano y se apoder6 del reino. Pues bien, si hubiera dos sortijas como aquélla de las cuales llevase una puesta el justo y otra e injusto, es opinión común que no habría persona de convicciones tan firmes como para perseverar en la justicia y abstenerse en absoluto de tocar lo de los demás, cuando nada le impedía dirigirse al mercado y tomar de allí sin miedo alguno cuanto quisiera, entrar en las casas ajenas y fornicar con quien se le antojara, matar o libertar personas a su arbitrio, obrar, en fin, como un dios rodeado de mortales. En nada diferirían, pues, los comportamientos del uno y del otro, que seguirían exactamente el mismo camino. Pues bien, he ahí lo que podría considerarseuna buena demostración de que nadie es justo de grado, sino por fuerza y hallándose persuadido de que la justicia no es buena para él personalmente; puesto que, en cuanto uno cree que va a poder cometer una injusticia, la comete. (La república, II, 359d-360d)
3 comentarios
Rafael -
Invisible -
Pero si de 28 alumnos casi todos aman la INJUSTICIA para que perder el tiempo predicando lo contrario...?
No sería más adecuado practicar con ellos la INJUSTICIA para que conociendo su amargo sabor... tuviesen conocimiento y adorasen a DIKE...!
luca -