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Vida de profesor

Siesta

Siesta Cuando el bochorno de las calurosas tardes de Irán arrecia con fiereza, no hay nada como buscarse una sombrita, quitarse las zapatillas y usarlas como almohada. Por la cara de felicidad de este hombre, el goce debe ser máximo.

1 comentario

graciela -

esta muy bonito e interesante