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Vida de profesor

La periodista Ángeles Espinosa

La periodista Ángeles Espinosa

Este domingo 30 de abril la reconocida periodista española del diario El país vendrá a nuestra clase a charlar con nosotros. La cita es a las 10 de la mañana.  Recomiendo a mis estudiantes que lean detenidamente sus artículos porque así podremos aprovechar mejor el diálogo. No dudéis en ir apuntando vuestras preguntas, comentarios y reflexiones para compartirlos con ella. Seguro que Ángeles también tiene varias cuestiones que plantearos a vosotros.

Con este tipo de diálogos es como de verdad se aprende a conocer una lengua y una cultura.

Por cierto, Ángeles Espinosa acaba de publicar un nuevo libro en la editorial Aguilar que tiene un bello título: El reino del desiertoel cual habla sobre Arabia Saudí, vuestro "eterno enemigo". Espero poder leerlo pronto y que la Universidad se haga con algún ejemplar para ir enriqueciendo nuestra pequeña biblioteca de libros en español.

ACTUALIZACIÓN, 30 DE abril de 2006

Hoy estuvimos charlando con Ángeles Espinosa. La experiencia no pudo ser más enriquecedora para todos. El diálogo de más de hora y media de duración brilló por el máximo de los respetos, las críticas constructivas y la capacidad de escuchar y de exponer los argumentos de forma racional. Así da gusto tener una clase. ¡Qué pena no haberlo grabado en vídeo!

Estas son las actividades que ayudan a la no satanización de Irán que hace vergonzosamente la inmensa mayoría de los mentirosos medios de comunicación occidentales, que sirven a turbios intereses o simplemente son unos dañinos ignorantes. Menos mal que aún quedan unos pocos periodistas que intentan ver más allá de sus narices.

ACTUALIZACIÓN 11 DE JULIO DE 2006. COMENTARIO DEL LIBRO EL REINO DEL DESIERTO. ARABIA SAUDÍ FRENTE A SUS CONTRADICCIONES.

Tras leer el último libro de Ángeles Espinosa (editorial Aguilar, Madrid, 2006) uno se queda con la pregunta: ¿cómo diantres hará esta periodista para que le sigan dando visados para viajar por Oriente Medio? Yo conocí a un escritor español en Irán que por escribir artículos mucho menos comprometedores que los que aparecen en este libro no le han vuelto a dar un visado y el pobre está "que trina".

Esta obra parece recoger una serie de artículos que escribió la autora para el periódico con añadidos para darles un tono homogéneo. Tal y como indica el subtítulo, habla de las contradicciones de Arabia, por lo que Espinosa va zigzagueando con una de cal y otra de arena describiendo las virtudes y los defectos del Reino del Desierto. Lo peligroso es hablar de los defectos porque en Arabia, me temo, no se andan con bromas.

Es decir, Espinosa escribe:

Primero siguió unas clases en la mezquita, luego se unió a la policía religiosa.  Ese cuerpo es el mejor lugar para ellos, porque les da poder, les permite practicar la violencia y su sadismo. Pueden detener a la gente, citarla en su sede y humillarla. (página 222).

O cita la descripción de la crueldad de la pena de muerte:

"La policía corta el tráfico de la plaza y extiende un plástico azul de unos cinco por cinco metros sobre el asfalto. El condenado, al que se han suministrado tranquilizantes, llega en un coche policial vestido con su propia ropa. le tapan los ojos y le ponen una capucha. Un agente le conduce hasta el centro de plástico y le obliga a arrodillarse. Va descalzo, con los pies encadenados y las manos sujetas a la espalda con esposas.

Un funcionario del Ministerio del Interior lee su nombre y el crimen por el que se le ha condenado ante una multitud de testigos. Un soldado entrega una espada larga y curva al verdugo. Éste se aproxima al prisionero por detrás y le pincha con ella en la espalda de forma que instintivamente levanta la cabeza. Normalemente, basta con un golpe de espada para cortar la cabeza, que sale disparada a casi un metro. El personal sanitario lleva la cabeza a un médico, que con la mano enguantada frena el chorro de sangre que sale del cuello. luego, cose la cabeza al cuerpo, que se envuelve en la tela plástica y se retira e una ambulancia". (página 146)

En cualquier caso hablar mal de Arabia es una virtud en Irán; seguro que en el país persa, donde reside ahora la escritora, la acogen de muy buena gana por poner sobre la mesa los defectos del país al que tanta inquina tienen los iraníes.

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