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Vida de profesor

Agresividad

Dicen el ABC que los alumnos de estos tiempos son más agresivos y maleducados que los de antaño. Yo creo que son los mismos, lo que pasa que los profes se quejan más y no tienen técnicas para controlar y liderar un aula. Además, detecto que algunos docentes imparten clase con pelos largos y mal puestos, huelen mal, no visten adecuadamente y muestran poco entusiasmo por su labor... ¿Quién puede respetar a algo así?

Qué duda cabe que la agresividad existe en el aula, que todos los que nos dedicamos a esto nos hemos tenido que tragar con resignación algún que otro insulto. Pero hay que comprender al estudiante. No son culpables de su violencia. Son víctimas de la falta de serotonina, del síndrome fetal alcohólico, de golpes en el lóbulo frontal, de bajos niveles de glucosa en la corteza pre-frontal, de los anticonvulsivos, del colorante amarillo 5, del exceso de testosterona, de la hiperactividad orgánica, del hipotiroidismo, de la hidrocefalia, de la intoxicación por plomo, de la esquizofrenia, de la pobreza, del urbanismo exacerbado, de las reacciones emocionales, de lo aprendido en su familia...

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Diario ABC, 16 de octubre de 2004
http://www.abc.es/abc/pg041016/prensa/noticias/Sociedad/Sociedad/200410/16/NAC-SOC-077.asp

Uno de cada diez alumnos de Secundaria mantiene actitudes agresivas en el instituto

LUZ DERQUI/

La mitad de los estudiantes destaca como habituales las amenazas y la violencia física y el 15 por ciento califica de muy malas las relaciones con sus compañeros

VALENCIA. De la violencia en las aulas tan sólo se conoce la punta del iceberg, a pesar de los continuos casos que se están registrando en los últimos días en diferentes ciudades del país. Debajo de los episodios de violencia grave subyacen multitud de agresiones, amenazas, insultos e indisciplina, que están presentes en los colegios de toda España. Pero también existen las secuelas de una violencia de media intensidad o crónica, igualmente preocupante, como se puso ayer de manifesto en el congreso que sobre «Violencia y Juventud» se celebra en Valencia y ha organizado el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.

Los profesores calculan que el 20 por ciento de los alumnos de Secundaria muestran desinterés en clase, un 12 por ciento conductas agresivas y entre un uno y un 5 por ciento protagoniza robos y actos con intimidación. Para la catedrática de Psicología Evolutiva, María Victoria Trianes, la situación que se vive en las aulas españolas es «muy preocupante», y aunque los episodios de violencia de gran intensidad sólo tienen una incidencia de entre un 3 y 6 por ciento, es muy frecuente la «violencia cotidiana, que tiene unos efectos dañinos sobre el desarrollo del alumno».

Conducta antisocial

Se trata de una violencia crónica en la que son frecuentes los insultos, las amenazas y la indisciplina, y donde la falta de respeto genera «un clima negativo que afecta a la relación entre los estudiantes, a la relación de éstos con los profesores y al rendimiento académico en general», explica Trianes. Por eso, la catedrática destaca la necesidad de estudiar este tipo de violencia cotidiana en la Educación Primaria, ya que «existen datos que pueden conducir, a través de diferentes trayectorias, a problemas de conducta antisocial y delincuente en la adolescencia».

Entre los estudios de Trianes destaca la valoración que hacen los profesores sobre el comportamiento de los estudiantes. Los docentes afirman que las agresiones físicas menores -como insultos y faltas de respeto-, el comportamiento disruptivo e indisciplinado, y el desinterés académico están a la orden del día entre sus alumnos.

También los estudiantes tienen su propia visión sobre este asunto. Según un estudio de CC.OO., entre el 3 y 8 por ciento de los alumnos califica de desagradable el clima social del centro y el 15 por ciento señala como «muy malas» las relaciones entre los compañeros. Así, critican la falta de respeto e insultos que tienen que soportar con una frecuencia muy alta (90 por ciento). Y por si fuera poco, las amenazas y la violencia física están presentes en las aulas, aunque son más habituales en el primer ciclo de ESO y, después, disminuyen en la etapa del Bachillerato.

Racismo en las ciudades

Pero la violencia no sólo sale a la luz en las aulas de los centros escolares. «El problema del racismo y la violencia urbana se extiende por España. Las agresiones a jóvenes, inmigrantes, personas sin techo, homosexuales y colectivos diferenciados se producen en la mayoría de las ciudades y la agitación ultra se hace visible en conciertos, paredes, estadios de fútbol, internet y otros escenarios. Estamos ante un problema que sigue creciendo peligrosamente». Así de tajante lo explicaba Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.

Lo que Ibarra calificó como «crimen del odio» está presente en 70 ciudades españolas en las que se han llegado a contabilizar 90 grupos racistas que mueven a más de 15.000 personas, con un amplio despliegue en internet, ya que disponen de más de un centenar de páginas web. Los datos ponen el dedo en la llaga. Ibarra recuerda que un informe del Ministerio de Justicia e Interior sobre violencia «skinhead», publicado en 1995, contabilizaba unos 2.350 «skin-nazis» en nuestro país. «Cinco años más tarde -explica- los informes policiales situaban la cifra en torno a los 10.000 congregados en una constelación de grupúsculos».

Ibarra afirma que este tipo de violencia es responsable de 4.000 agresiones cada año y de 60 víctimas mortales en los últimos doce años, entre las que recordó a Frederic Rouquier que murió a manos de los «skin-Boix» en Barcelona; la inmigrante Lucrecia Pérez, asesinada en Madrid; los jóvenes Guillen Agullo, Ricardo Rodríguez, David Martínez y Aitor Zabaleta; el angoleño Jimy Ndombele y el indigente Antonio Micol. A ellos hay que sumar casos «mal investigados» de prostitutas, homosexuales, indigentes e inmigrantes que han aparecido quemados, descuartizados o apuñalados.

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