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Vida de profesor

Proyecto del temario de oposiciones de filosofía

Proyecto del temario de oposiciones de filosofía

Me acabo de enterar de que quieren añadir un nuevo tema para las oposiciones de los profesores (pdf). Para los que quieren ser docentes de filosofía este tema se llamará algo así como "Software para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía. Recursos en Internet".

En Filotic llevamos tres años investigando sobre las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza de la filosofía pero, ¿tendrán en cuenta nuestra opinión en la que 70 profesores de filosofía intentamos enseñar sirviéndonos de herramientas que van más allá de la pizarra de tiza y del vídeo VHS? ¿Quién decidirá sobre este temario? No estaría de más que se nos hiciera una llamadita para interesarse por nuestra experiencia.

El dibujo muestra el logotipo de filotic que nos hizo la profesora asturiana Conchi Pérez.

En cualquier caso es interesante el comentario que nos deja Felipe:

Yo también soy un entusiasta de las nuevas tecnologías aplicadas a la docencia. Sin embargo la inclusión de ese tema en el temario específico me parece una aberración. ¿Es comparable un tema en el que hablaremos del PowerPoint y de páginas web con el tema sobre la razón teórica en Kant? Desde luego que no. La función del temario específico es que el opositor demuestre sus conocimientos en la disciplina por la que opta. A pesar de todas las memeces que se dicen por ahí, los profesores todavía tenemos que saber algo y tenemos que enseñar algo. Luego está el cómo enseñar, pero para plantearse ese problema hay que saber qué enseñar. Lo del software y los recursos en internet es una cuestión metodológica que, en cualquier caso, es una opción que el profesor puede tomar si así lo considera conveniente, no debe ser obligatorio, sino una herramienta más. Es bueno que el opositor demuestre que conoce estos recursos, pero puede hacerlo en la defensa de su programación, que para eso contendrá un apartado de metodología y recursos.
En fin, supongo que si aprueban esta fechoría, puede haber un tipo que no tenga ni idea de filosofía, o de latín o de lengua y literatura, y que tenga la bendita suerte de que le salga el tema del software y con cuatro generalidades sobre el powerPoint se saque la oposición.
Vivir para ver.
Y la opinión que nos deja Montse hay que teberla muy en cuenta:
La oposición en sí misma es un despropósito, una sinrazón, una vergüenza. Esto lo decía antes de aprobarlas y ahora que las he aprobado también lo digo. Sería mejor entregar un cartón de bingo el día del nombramiento y el/la que tenga la suerte de cantar bingo que tenga la plaza. Así, al menos, no haríamos que la gente que estudia y sabe se sienta defraudada. ¿Algún alumno o alumna aceptaría que le examinara de la PAU un alumno o alumna del año anterior? No, ¿verdad? Pues esto lo aceptamos en la educación. Así va.

4 comentarios

Cristian Sosa -

Yo ya dejaría de hablar de "nuevas" tecnologías. No son el futuro. Son el presente. Los invito a ver dos cosas:
a) www.clusterkairos.com/videoreuniones

b) www.cordobalearning.com.ar/2008/mails/mail1.html

A su disposición.

Cristian Sosa
cristian.sosa@gmail.com

Carlos Cabanillas -

Desde luego sería una aberración aprobar unas oposiciones de filosofía desarrollando un tema de Power Point. En latín, en cambio, eso no puede, o no debería, suceder: que yo sepa, aún hay que superar ejercicios de traducción para aprobar la oposición.
Pienso que las "nuevas tecnologías" no son una herramienta más. Nuestros alumnos van a tener que convivir con ellas y servirse de ellas de forma obligatoria (no como la tiza o la fotocopia), y es adecuado que aprendan a hacerlo en la escuela, guiados por sus profesores. Otra cosa es que este tema se ponga en el mismo saco que Kant. Creo que, como dice Felipe, bastaría con introducirlo en la defensa de la programación como un apartado "obligatorio". Esto sería suficiente para que un tribunal en condiciones evaluase la destreza del opositor en el uso de las herramientas tecnológicas. Repito, un tribunal "en condiciones"; y puestos así, Montse, -y a riesgo de caer en una generalización siempre estúpida- casi prefiero que me evalúe un aprobado del año anterior a que me evalúe un profesor a punto de jubilarse.

Montse -

La oposición en sí misma es un despropósito, una sinrazón, una vergüenza. Esto lo decía antes de aprobarlas y ahora que las he aprobado también lo digo. Sería mejor entregar un cartón de bingo el día del nombramiento y el/la que tenga la suerte de cantar bingo que tenga la plaza. Así, al menos, no haríamos que la gente que estudia y sabe se sienta defraudada. ¿Algún alumno o alumna aceptaría que le examinara de la PAU un alumno o alumna del año anterior? No, ¿verdad? Pues esto lo aceptamos en la educación. Así va. Saludos, Montse

Felipe -

Yo también soy un entusiasta de las nuevas tecnologías aplicadas a la docencia. Sim embargo la inclusión de ese tema en el temario específico me parece una aberración. ¿Es comparable un tema en el que hablaremos del PowerPoint y de páginas web con el tema sobre la razón teórica en Kant? Desde luego que no. La función del temario específico es que el opositor demuestre sus conocimientos en la disciplina por la que opta. A pesar de todas las memeces que se dicen por ahí, los profesores todavía tenemos que saber algo y tenemos que enseñar algo. Luego está el cómo enseñar, pero para plantearse ese problema hay que saber qué enseñar. Lo del software y los recursos en internet es una cuestión metodológica que, en cualquier caso, es una opción que el profesor puede tomar si así lo considera conveniente, no debe ser obligatorio, sino una herramienta más. Es bueno que el opositor demuestre que conoce estos recursos, pero puede hacerlo en la defensa de su programación, que para eso contendrá un apartado de metodología y recursos.
En fin, supongo que si aprueban esta fechoría, puede haber un tipo que no tenga ni idea de filosofía, o de latín o de lengua y literatura, y que tenga la bendita suerte de que le salga el tema del software y con cuatro generalidades sobre el powerPoint se saque la oposición.
Vivir para ver.